Alcalá de Henares, localidad que visito a menudo por motivos familiares, tiene la friolera de 200.000 habitantes. Toda una ciudad de tamaño medio-grande.
Y sin embargo, todo ese grueso poblacional, esa gran masa de potenciales clientes, no da para una tienda física de discos. Muy triste.
Es de suponer que, como en tantas otras cosas, Madrid ejerce de aspiradora. El alcalaíno que desea comprar un disco tiene a 30 minutos la gran oferta comercial de la capital.
Tampoco seamos tan injustos. Al menos la cuna de Cervantes tiene a Daily. Destina una gran parte de su superficie a la compra-venta de libros, videojuegos y camisetas, por lo que no se puede considerar una tienda de discos. Pero también tiene discos. Y, a pesar de la morralla generalizada, casi siempre salgo de allí con material interesante.
Personalmente, me parece chocante que alguien se desprenda de sus discos de Starcrawler (ahí estaba, en una cubeta, ¡todo un «Devour You»!), Pantera o Pearl Jam, pero oye, encantado de dar un nuevo hogar a esos álbumes por cuatro perras.
Tema precio: los vinilos cuestan un riñón, generalmente son demasiado caros para ser segunda mano; los CD también han subido de precio, rozando mucho los 10€ cuando antes pocos superaban los 5€. Sin embargo, ahora cuentan con una política de 3×2, por lo que tu poder adquisitivo apenas ha menguado.
Cosecha de fin de año:
Sven Gali – «Sven Gali» (1992)
Más allá de haber leído su nombre aquí y allí, no tenía demasiadas referencias de estos canadienses tercera división del sleazy. Con todo, su adecuado look en la contraportada y el año de edición -por contradictorio que parezca, la cosecha hard rock en los primeros noventa fue excelente- me hicieron apostar por ellos. Lo he escuchado un par de veces y está cojonudo.
Hamlet – «Sanatorio de Muñecos» (1994)
Con «Sanatorio de Muñecos» mi colección de LPs de Hamlet, banda a la que respeto muchísimo, ya debe alcanzar la media docena. Éste, su segundo trabajo, incluye «Qué Voy a Hacer», tema que colaron en la emblemática BSO de «Historias del Kronen» y que les hizo ganar popularidad. Sin ir más lejos, era un clásico en nuestros botellones de la época.
Bryan Adams – «Reckless» (1984)
Hace poco escuché online los 5 primeros discos de Bryan Adams y «Reckless» fue el que más me gustó. Me pareció tremendo, así que tarde o temprano iba a terminar en casa.
Christopher Cross – «Christopher Cross» (1979)
Compra motivada por la visualización del documental «Yatch Rock«.
Sin estar seguro de si realmente me gustaría lo que contienen sus surcos, consideré que la compra del debut de Christopher Cross, uno de sus grandes pelotazos, era una buena forma de introducirme en en el género.
The Breeders – «The Last Splash» (1993)
«Cannonball», uno de los grandes hits de la era alternativa -llegué a escucharla hasta en discotecas de pachanga-, es la única canción que he escuchado hasta la fecha de The Breeders. Y si ésta me flipa, el resto de «The Last Splash» tampoco debería disgustarme, ¿verdad?
Willy DeVille – «Miracle» (1987)
Es vox populi que los mejores trabajos del bueno de Willy fueron con Mink DeVille. Pero en Daily ese día sólo tenian «Miracle» y me pareció buena idea comprar algo del trobador de bigotillo. A pesar de venir producido por Mark Knopler.