Al contrario de lo que pueden pensar muchos fans, para mí, Gilby Clarke si encajaba en Guns n’ Roses, está claro que Izzy Stradlin era icónico, pero éste solo por haber formado parte de Kill For Thrills, tenía el bagaje suficiente para estar allí. Otra cosa, es que le dejaran hacer poco, o que directamente no le dejaran hacer nada, imagino que Axl se encargaría de hacerle firmar algún contrato, donde su aportación se limitaría a obedecer al amo.

A todo esto, este 1994 se cumplen 30 años de “Pawnshop Guitars (1994)”, su primer lanzamiento en solitario, y el que salvo cuando nuestro protagonista quiere centrarse en su lado más Beatles, es altamente disfrutable. Colaboraron todos sus ex-compañeros de banda y una amplia lista de invitados como pueden ser Rob Affuso (Skid Row), Ryan Roxie o Frank Black. Pero de lo que estoy seguro es de que, si hubiera presentado cualquiera de estas ideas a su jefe, ni una hubiera pasado la criba, y hubieran acabado en la basura directamente, ya que el futuro de Guns n’ Roses estaba marcado hacia otro rumbo.

En este 2024, Clarke está haciendo una gira de 30 aniversario del álbum, eso sí, en locales diminutos y de un concepto bastante chapucero y low cost (ojo al Axl fake del video), o lo que es lo mismo, la gente se ha olvidado de él. Esto, me trae al recuerdo una anécdota de hace 30 años, cuando Virgin Records trajo a Barcelona a Gilby para presentar el trabajo, firmar discos, y por supuesto sacarlo por la noche de la ciudad.

Bien, servidor trabajaba en aquella época en el legendario y desaparecido Bar TEXACO de Poblenou, donde la gente de la compañía se acercaría con nuestra estrella para tomarse unos tragos, y de paso hacer promoción del disco. Pues bien, en plena era alternativa y en un día entre semana, la convocatoria no tuvo mucho éxito, más allá de una veintena/treintena de fans y de la gente que pasaba por allí, se acercaron a conocer a la estrella. Sus quince minutos de fama ya habían pasado, y aunque él apareció muy bien acompañado, con su look de pirata (obsoleto en la época) y se mostró muy simpático y agradable, la cosa no dio para mucho. Desgraciadamente, en la mitad de los 90’s no había teléfonos móviles, y mucho menos con cámara y nadie creyó oportuno levar una cámara analógica para inmortalizar ese momento.