¡Os lo dijimos, Inter Arma lo hace mejor! El pasado mes de mayo se publicaba un disco más duro que el grafito, más denso que la materia oscura y más agresivo que Leather Face high on anfetas llamado New Heaven. Estoy convencido que este álbum estará en lo más alto de las listas a final de año pero, lo importante es que abrió una puerta a una nueva gira de estos animales.
Y ocurrió la magia. Aloud Music presentó hace poco la gira de Inter Arma por un lado y Russian Circles por otro (además Oranssi Pazuzu y Sólstafir llegan en Diciembre para completar el poker de ases). A falta de AMFest este año estos dos grupazos vienen a consolar nuestras atormentadas almas y a infundir una sucesión de sonidos tremendos en nuestros devastados cerebros, eso es, el Paraíso Terrenal.
Así el pasado viernes 8 de noviembre en la sala Vol de Barcelona se celebró la orgía sónica de los cinco de Richmond, Virginia, con los ánimos encendidos y cervicales y tímpanos a punto de sufrir una brutal agresión. Pero antes, dejadme que os hable de las encargadas de abrir la noche: INDAR.
Indar es un cuarteto afincado en Barcelona que practica metal alternativo enfocado en los 90’s con elementos de Black, Death, Prog e incluso Groove metal, total una mezcla explosiva y tremendamente bien ejecutada. A la fuerza vocal de Sara se unen una base rítmica solidísima a cargo del bajo de Marta y la pegada de la batería de Nana, todo ello cosido por los riffs de Karmen. Buenísima banda y todo un descubrimiento, aquí podéis ver cómo se las gastan:
Ellas fueron las encargadas de abrir la noche en que estaba a punto de caer el cielo a pedazos y no lo podrían haber hecho mejor: Se marcaron un conciertazo muy serio. Aún sin conocer nada de la banda y, obviamente, no haber escuchado ningún tema suyo el set list me convenció y venció. De entre todos los temas me llegaron especialmente Goodbye Ground, Nostalgia y sobretodo Udol. Éste último, cantando íntegramente en catalán (y vaya si funciona) me dejó loco y me lo he estado pinchando en bucle. Podéis ver el video aquí.



En el último tema, Prey, si no recuerdo mal, se grabó para posteriormente ofrecerlo en sus redes, estaremos atententos. Si os habéis quedado con ganas de más podéis rastrear su band camp y you tube además de Instagram y tik tok. Support your local metal bands!!!
Y entonces, se rompió el espacio tiempo. Inter Arma subieron al escenario tranquilamente, sin poses ni actitudes forzadas solo la presencia de estos 5 animales que estaban a punto de desatar el infierno.
La propuesta de esta banda es incuestionablemente dura, exigente, su sonido un muro sónico que proponen Trey Dalton y Steven Russell a las guitarras, la punzante agresividad del bajo de Joel Moore y la absoluta locura de demolición beatica que propone TJ Childs a la batería (este tipo se merece un capítulo aparte) se le une la fiereza vocal Mike Paparo conforma un ritual de agresión que no todo el mundo parece dispuesto a saborear. Allá ellos. Los que ahí estuvimos nos llevamos un conciertazo espectacular.





Porque sobre las tablas Inter Arma se calzaron un concierto absolutamente antológico, de una exigencia física, una brutalidad sonora y una incontestable calidad técnica que no solo se aprecia en sus (magníficos) Lps si no que en directo queda sellado y refrendado que son una banda alucinante. Y eso a pesar de no llenar la Sala Vol que cuenta con un aforo de unas 100 personas, quizás rozamos la media entrada. Pero da igual, ellos a lo suyo. Quizás el concierto de Chelsea Wolfe a escasos 200 metros de la sala se llevara algunos asistentes, a mi mismo me hubiese encantado estar en los dos.
Arrancando con la descomunal New Heaven fueron transitando por su nuevo trabajo (New Heaven) sin cortes ni tiempos muertos. Si, su nuevo álbum fue la corner stone del concierto asaltando sin remordimientos con Violet Seizures, Desolation’s Harp o el único tiempo de descanso que se (nos) permiten con Endless Grey. Un buen repaso a su nuevo disco que, si no me equivoco lo tocaron prácticamente todo, con temas de sus anteriores álbums, no podían faltar Citadel, An Archers in the Emptiness, Transfiguration o The Long Road Home.
Así pudimos saborear píldoras de Sulphur English, Paradise Gallows o Sky Burial aunque nos quedamos sin versiones del Garbers Days aunque entre el público se pidiera o suplicara un Southern Men o Purple Rain. No importa, Inter Arma nos ofreció un conciertazo épico, plagado de energía, rebosante de actitud.
Como la tormenta perfecta, tal como llegaron los colosos de Richmond, arrasaron con la sala dejando una alfombra de almas secas, muerte, destrucción y desolación.
Para finalizar, agradecer a Aloud Music que traer estas bandas, un lujo la sala, la organización, la mesa de merch con discos a precios más que razonables y en definitiva manter viva la llama del metal extremo. Así, si!