Una propuesta de tensión controlada, manteniéndote con la máxima atención, esperando una explosión que nunca llega, siendo ese concepto el punto fuerte del show. Un set corto, intenso y en su justa medida, con olor a polvo, gasolina, intrincado, magnético, sexy, comedido y áspero como sol californiano.
Temas como “I Wanna Lose”, suenan como a metraje en blanco y negro, de motoristas empuñando navajas y chupas de cuero. Éste formo parte de la docena de temas del grueso del show, arrancando con “Kill My Baby Tonight” y cerrando con “Get Lost”, todo entre luces de cadencias azules y rojas, dando un aire de film de almas solitarias.
Las cuatro chicas suenan seguras de sí mismas, compenetradas entre ritmos de batería contundente y pedaleras cargadas del “Fuzz” necesario para llevarte a su terreno. “Starred” supuso la vuelta al escenario para ofrecer algún tema más, una vuelta rápida en forma de único bis que nos dejó con ganas de más entre acoples comedidos.