Transcurrido casi dos meses desde el concierto, llega la crónica de Nat Simons en BCN. Se rumorea que antes de otoño publicaremos la del show de Scowl de mayo. Incluso se dice que una de Metallica que lleva 7 años en el horno está al caer. En SPD ultimamente trabajamos así.
Si eres lector de Popular 1, habrás notado que, desde hace un par de años, la presencia de Nat Simons en la revista es constante: reseñas de todo lo que publica y de sus conciertos, entrevistas e incluso colaboraciones puntuales como redactora … de una forma u otra, su nombre aparece impreso en esas páginas mes tras mes.
No es un secreto que Nat es la pareja -sentimental y artística- de Anchel P. Sol, sin duda la mejor incorporación al staff del Popu de la última década. Fresco, cercano y con buen gusto, el futuro de la revista está en sus manos. Así lo veo yo.

El caso es que la (sobre) exposición de Simons en nuestra magacine de cabecera, teniendo en cuenta lo indicado en el parrafo anterior, bien podría tratarse de un caso de endogamia, nepotismo o, para que me entiendan todos, enchufismo.
O quizás no, quizás Nat Simons va sobrada de talento y méritos que justifican cada línea que se le dedica.
Para echar un poco de luz sobre el asunto, decidí acudir a su llamada barcelonesa. Previamente, eso sí, le pegué unas escuchas a «Felina» (2021) y a «Felinas» (2024). El primero supuso la ruptura de Nat con su etapa roots, abrazando el glam y el pop, mientras que el segundo incluye versiones y revitaliza los mejores temas de «Felina» en formato dueto con invitadas tan especiales como, entre otras, Cherie Currie, Nina de Juan, las chicas de Repion o Aurora Beltrán.
En su momento, por lo que sea, no les presté atención, pero, una vez catados, creo que bien merecen vuestra oportunidad. Temas como la hipersensual «Televisión» -esa sí que es música rockera para follar y no las canciones guarras de Whitesnake de hace 45 años-, la sleazy «Ley Animal», las hímnicas «Finale» (me viene a la cabeza la primera Luz Casal) y «Big Bang» o la extremadamente emotiva «Pequeña Guerrera Estelar», que parece firmada por el Elton John de 1971, son grandes, grandísimas canciones.

Ahora sí, una vez situados, vamos con el show en Upload, enmarcado en la traca final del concepto «felina». Tras años enfundada en el mono de cuero negro -como pudimos ver en las costuras del trasero, el traje no da para más-, cual Bowie, tocaba despedir al «personaje» para dar paso a una nueva etapa.
Uno de los atractivos de este fin de fiesta prolongado ha sido el elenco de amigos que ha subido al escenario. El set madrileño tuvo invitados de la talla de Aurora Beltran, Nina y Paco de Morgan, Igor Paskual o Carlos Tarque. Se prometió que BCN no iba a ser menos y que también iba a contar una nutrida representación de la escena local.
Nat y banda arrancaron el recital recuperando un par de temas de su pretérita era Americana, de cuando llegó a codearse con The Jayhawks. Unas resultonas «The Way It Is» y «You Can’t Just Imagine» que el público no vino a escuchar, pero que sirvieron de perfecto calentamiento.
Ya de entrada, eso sí, quedó patente que Simons tiene muy bien aprendido el manual de frontwoman rockera. Vocal, gestual y actitudinalmente da la talla. Da gusto contemplar la seguridad que gasta encima de las tablas.
Tonterías mías, pero de Anchel esperaba un poco más de ¿exhibicionismo? En escena adopta un papel 100% Izzy Stradlin, muy en segundo plano, cediendo todo el protagonismo guitarrero a Laura Solla -increíble su versatilidad-. Seguramente es lo que la banda necesita, pero me lo imaginaba más «echao p’alante», jajaja.
«Macabro Plan», «Televisión», «La Noche Es» y «Extraña Religión», pesos pesados de «Felinas», dieron paso al primer cameo de la velada, una dicharachera Tori Sparks que bordó la manida «Jolene» de Dolly Parton. No menos jovial estuvo Jodie Cash, heroina country de nuestros barrios, con la vaquerísima «You Treat Me Cruel».
Leo que «Desire», pieza con la que saltó al escenario la superlativa Erin Corine, bestia parda nacida en Chicago y afincada en el Maresme, es un tema propio de Nat incluido en «Lights» (2017). Joder hubiese apostado que era un estándar del power soul 60s. Nota mental: escucha ese disco.

Igor Paskual, con más voluntad que voz, camisa abierta por el ombligo, lo dio todo con «Ley Animal». Y, cerrando la nómina de invitados, Ramón Rodríguez, de The New Raemon, me sorprendió con esa «Thirteen» de Big Star que tan bien empastó con la voz de Simons. Siempre pensé que The New Raemon eran otra cosa (peor), quizás les de un tiento.
Tras la sucesión de guest stars, la banda atacó hits que seguían en el tintero como «Finale» (curiosamente, nunca finalizan los shows con ella), «Pequeña Guerrera Estelar», «Queens of Noise» (lástima que Cherie no estuviera disponible) o la explosión definitiva que supuso «Big Bang».
La Felina ha muerto, ¡larga vida al nuevo disfraz de Nat Simons! Expectantes nos deja.
