Un nutrido comando de SPD, nos acercamos al bolo de Samantha Fish. Aquí van las impresiones de nuestros reporteros.
Andreu From Sabadell:
Después de salir del concierto, mi pensamiento era que menos mal que había decidido acudir al bolo de Samantha Fish. Las dos barras abiertas de la Razz2 ya me daba pistas de que el aforo estaría sino sold out casi. Y lo que vivimos los allí reunidos fue espectacular. El inicio con «Kick Out The Jams» me descolocó un tanto ya que no pude identificar la canción hasta ver el set list. Y es que Samantha Fish estuvo genial a la voz, con ese toque soulero que le imprime a los temas y a las guitarras ( menuda colección, llegue a contar más de 5) , con temas que derivan más hacia un poderoso hardrock con toques blueseros.En resumen 90′ que se me hicieron cortos y que fue apoteósico el final con «Black Wind Howlin'» y en el bis «Bitch On The Run».

Txema Herrero
Las expectativas del concierto de Samantha Fish eran grandes ya que sus dos últimos discos son muy buenos y la cosa prometia, però vista la gran ovación final y las caras de felicidad del respetable, fueron superadas con creces,
Vaya clase cantando y sacando fuego de su guitarra con su blues rock con ramalazos hard rockeros/ garageros y souleros. Tres momentazos: » Rusty Razor» «‘Bullerproof» y » Bitch on the run»
Sin duda ya tenemos nueva musa en la oficina en dura competencia con Lankin Poe.

Sammy Tylerose:
En una review de «Paper Doll» publicada en un medio foraneo – la nuestra me temo que nunca llegará, pero, por si te sirve de algo, al 90% del staff, ese disco nos parece la polla, el redactor venía a decir que, con este trabajo, Samantha Fish desmontaba el mito de Blues = Aburrimiento. Y es que, ciertamente, «Paper Doll», entre otras virtudes, resulta ameno y divertido.
Quedaba por ver si en su, deseadísimo por un servidor, show, Samantha tiraría por la ortodoxia bluesera u optaria por bastardizar el asunto. Para mi alegría, y subo la apuesta, el 95% de los asistentes, lo de Fish en Razz2 fue una apoteósica celebración rock’n’rollera, donde el blues tuvo su peso, sí, pero no más que el soul o el hard rock.
Ya de entrada, Samantha comunicó no verbalmente que esa noche iba a rockear duro. ¿Cómo?. Vestida de arriba a abajo de cuero negro con un escote de escándalo. Si me dicen que Lita Ford, compañera de cartel en el fecha previa bilbaina, le prestó el outfit, me lo creo. La de Kansas City tiene una bonita voz que encaja perfectamente con el «quejío soul / blues. Y que decir de su pericia guitarrera, a la altura de cualquier compañero de profesión masculino que se os pase por la cabeza – sólo te dire que durante sus increíbles solos no necesita mirar el mástil-. Pero donde realmente me ganó esta Marilyn Monroe del blues fue cuando, huyendo de cualquier academicismo, y a riesgo de joder su permanente, desataba su lado más oscuro, sudor y salvaje. Y no fue ni en una, ni en dos, ni en tres ocasiones.
A este vigor euforizante contribuyó de manera importante ese enérgico batería ataviado con camiseta de Cliff Burton. Pulgares hacia arriba, tío.
¿Gustó el show de Samantha Fish? Más allá de mi opinión o la de otro, quédate con un detalle: un centenar de fans la esperaron a la salida para cazar una foto o un autógrafo. En artistas de su status, esto no suele pasar,