Sin preámbulos, que tengo prisa. Estos son mis 10 discos favoritos de 2021:
10. Buckcherry – Hellbound
El día que Buckcherry saquen nuevo LP y éste no termine en mi top anual, encerradme. Su música es mi música, ya me entiendes. Como la de The Darkness o Dewolff, pero aquí no caben todos.
Puede que «Hellbound» no sea su mejor obra, pero cuenta con ingredientes de sobra para estar entre mis favoritos del año. Por ejemplo, esta fabulosa «Gun«:
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9. St. Vincent – Daddy’s Home
Ahora ya estoy bastante curado, pero en verano, cuando se editó «Daddy’s Home«, pasé una racha obsesionado con la señorita Annie Clark aka. St.Vincent.
El impacto causado en mi cerebelo por su actuación televisiva en el SNL, cuyos clips formaron parte -y ganaron- del único «Cool 5+1» de la Historia, fue fuerte. Creo que «Daddy’s Home» es la única novedad en vinilo que compré en 2021 -necesitaba tener esa portada en formato XL- y estuve a puntísimo de pagar una buena pasta por uno de sus streaming. Con eso te lo digo todo.
¿El disco? Está muy bien, hombre. Mentiría si te dijera que lo pincho semanalmente, pero «Daddy’s Home» es calité, es una certera amalgama de soul-funk-rock 70’s que, obsesiones aparte, bien merece estar en este rankning.
8. Snake Bite Whisky – Black Candy
Los de Brisbane lo han vuelto a hacer. Han vuelto a parir un disco de sleazy tan químicamente puro y sólido como el precedente «This Side of Hell«. Personalmente, si nos ceñimos estrictamente al género, considero que en 2021 no ha existido álbum que le llegue a la suela de los zapatos a «Black Candy«. Los putos amos en lo suyo.
Aquí tienes nuestra sesuda crítica.
7. Amyl And The Sniffers – Comfort To Me
Si no hubiera pasado lo que ha pasado, «Confort To Me» estaría dentro del top 5, sin duda. Como tipo rencoroso que soy, sirva este séptimo puesto como pequeño castigo/venganza.
Dejando de lado mis tonterías, es innegable que Amyl And The Sniffers se sacaron un disco colosal de la manga, un paso de gigante sobre su también cojonudo debut. Se han dejado por el camino el sonido maquetero marca de la casa, pero no han perdido ni un gramo de rabia y agresividad. Temas como «Security» o «Guided by Angels» han contribuido muy activamente durante 2021 en mi viaje hacia la sordera.
6. Mammoth WVH – Mammoth WVH
El clip de «Distance» me ganó irremediablemente para la causa. Cualquier fan de Eddie Van Halen con un mínimo de corazón tuvo que caer rendido con ese emotivo clip. Pero es que además la canción era excepcional!
Habrán los que acusen a Wolfgang de trato de favor en la industria por ser «hijo de». Paparruchas, el chaval -como ya demostró en las giras con VH– tiene mucho talento y en su primer disco, donde canta y toca todos los instrumentos, lo demuestra a destajo.
Antes de enfrentarte con «Mammoth WVH» debes tener claro que este disco no suena a Van Halen. WVH tiene 30 años y, como cualquiera de su generación, no se ha amamantado con Aerosmith, KISS y Montrose, pero aún así estamos ante un disco de Modern rock de muchos quilates.
5. Morgan – The River And The Stone
Todas las virtudes de Morgan, que son muchísimas, se hayan maximizadas en «The River And The Stone«. En su fabuloso tercer disco reinciden en su infalible combinación de classic rock, funk, folk y R&B, y siguen logrando lo que muy pocos logran: que puedas escuchar música con tu mujer -e incluso niños- sin sentir que te estás bajando los pantalones. Un auténtico orgullo nacional.
Aquí encontrarás una reflexión sobre el álbum.
4. The Georgia Thunderbolts – Can We Get A Witness
Si te apetece, tacha el nombre de The Georgia Thunderbolts y pon el de Blackberry Smoke o el de Mojothunder.
Todos ellos han sacado discos sensacionales este 2021, todos son igual de buenos, pero como por problemas de espacio la cuota sureña debe limitarse a un LP, me quedo con «Can We Get a Witness«.
Lo mejor de todo es que semejante colección de canciones, un festín para los amantes de los sonidos de la vieja Dixieland, ha sido parida por unos tíos a los que las canas aún les quedan muy muy lejos.
3. Ricky Warwick – When Life Was Hard And Fast
El disco de Ricky Warwick supuso toda una sorpresa para un servidor. Ni soy un experto en The Almighty ni controlo la carrera en solitario de este hombre, así que «When Life Was Hard And Fast» me pilló con la guardia baja. Qué maravilla de disco.
Sabiamente guiado por el ex-Buckcherry Keith Nelson, Warwick canaliza todas las influencias que le han marcado -especialmente Thin Lizzy– en un LP que es puro fuego.
2. Greta Van Fleet – The Battle At Garden’s Gate
Quien a estas alturas ya no sea fan de Greta Van Fleet, ya no lo será jamás. Los que le han colgado el sambenito de clones de Led Zep ya se lo sacarán aunque saquen un disco de flamenco.
Mientras, GVF, ajenos a las gilipolleces, van a lo suyo, quemando etapas, evolucionando y construyendo una carrera de titanio. Más allá de que me vuelve loco, me quito el sombrero ante «The Battle At Garden’s Gate» por un motivo: es justo lo contrario de lo que la industria -y buena parte de sus fans- esperaban.
No busques una saltarina sucesora de «Highway Tune» u otro himno de campamento como «You’re the One«. «The Battle At Garden’s Gate» es un disco denso, barroco, excesivo, plagado de temas de corte progresivo de largo minutaje. La facción juvenil de sus seguidores no habrá entendido nada, seguramente muchos se habrán bajado del barco, pero los viejos rockeros hemos gozado como perras.
1. The Wildhearts – 21st Century Love Songs
Si hay un mínimo de justicia, la película de The Wildhearts terminará con final feliz. Tras años de incomprensión y de puertas cerradas, de infinitos problemas, Ginger y compañía están afrontando una madurez dorada.
Es evidente que su público va creciendo, gustan donde antes no gustaban y tienen a tocar el status de «clásico», el que permite a una banda vivir holgadamente el resto de sus días. Esperemos que no la jodan.
«21st Century Love Songs» es, simplemente, el disco que esperábamos de ellos. Es decir, el mejor disco del año.
Raw review, aquí.