A pesar de estar condenado a la primera fila por subestimar el poder de convocatoria de la sala Phenomena, a pesar de su -desde mi posición- inabarcable para la vista pantalla de 15m x 6,27m, a pesar de la denunciable idea de no integrar los subtítulos en la pantalla y proyectarlos casi a ras de suelo -por lo que, especialmente en sus tramos en húngaro, en ocasiones debías escoger entre ver o leer- disfruté como un cosaco de «The Brutalist».
¡Qué ganas de volver a verla en unas condiciones decentes!
El mejor piropo que le puedo dar a este espectáculo visual y narrativo, puro cine a la vieja usanza, es que las 3 horas y 35 minutos pasan como un suspiro. No hay lugar para el bostezo.

Por si ya la has visto, te comparto mis momentos favoritos, a ver si coinciden con los tuyos: la embriagadora fiesta de tres en casa del primo Attila -wow Emma Laird- y todo lo que acontece en las entrañas de las canteras de mármol de Carrara.
«The Brutalist» debería estar gozando del mismo fervor popular que en su momento tuvo, por ejemplo, «Oppenheimer». Espero que una buena cosecha en los próximos Oscar la convierta en el taquillazo que merece ser.
Vengo de verla. Lo que más me sorprende de tu review es que el cine estuviera lleno. Llevo un año yendo una vez a la semana al cine y nunca he visto más de 5 personas en la sala. ¡Hoy éramos 4! Emma Laird muy guapa, le faltó un desnudo.
Hey, Sergio!
Phenomena es un caso aparte en BCN. Llena todas las sesiones, den la peli que den. Cuenta con un público muy fiel, muchos de ellos socios que pagan un fijo y a cambio reciben varias ventajas.
En el resto de cines, salvo estrenos palomiteros o pelis infantiles en momentos puntuales, pasa como en tu caso. Ayer fui a ver «Mickey 17», peli que se estrenaba este finde, a un cine de Montcada y eramos unas 15 personas (y de esas 15, 6 éramos yo y familia).
Ah, google las palabras mágicas y verás a Emma Laird como deseas.