En el «Boom» Sleazy Rock / Hair Metal de finales de los 80’s, las marcas de guitarras vieron claro su línea de mercado, crear modelos específicos para los guitarristas y bajistas de esas bandas. El panorama se lleno de guitarras flúor con dibujos personalizados, para músicos que ni en sus mejores sueños hubieran imaginado tener un instrumento que no fuera de segunda mano.
Entre todas las bandas, si hay alguna que destaca por esos diseños, es Warrant. La marca de guitarras Ibanez nutrió a Erik Turner y Joe Allen de guitarras con diseños que rozaban el mal gusto y a Jerry Dixon de bajos cargados de mensaje, siendo este último, el que llevo su enfermizo gusto por las mujeres a su instrumento (en los dos sentidos de la palabra).