Recuerdo en una lejanísima entrevista a Slash, sería a principios de los 90s, donde un periodista acusaba a GN’R de convertirse en unos nuevos Steely Dan. El guitarrista replicaba diciendo algo así como «sin problemas, me flipa esa banda«. Ignoro de qué pie calzaba ese reportero, pero me intrigó la connotación negativa que le daba a los de Donald Fagen y Walter Becker, cuya música tardé décadas en escuchar. Saul, tenías razón, ese grupo era la polla. Tony Soprano, Homer Simpson y Walter White están de acuerdo con nosotros.
El caso es que a Steely Dan se les considera una suerte de padres fundadores del Yatch (pronúnciese Yak) Rock, objeto de un documental que puedes ver en HBO Max.
¿Y qué coño es el Yatch Rock? Pues es el soft rock de toda la vida que vendía millones entre finales de los 70s y principios de los 80s, sólo que rebautizado por una panda de graciosos que parodiaban/homenajeaban el género en una cutre serie online y cuya coñita/etiqueta hizo fortuna.
Con la excepción de Toto, se trata de una generación de músicos californianos poco (Steely Dan, Doobie Brothers, Christopher Cross) o nada conocidos por el gran público de estas latitudes (Kenny Loggins, Michael McDonald, Bozz Scaggs, Ambrosia), pero que los USA de Jimmy Carter vendían millones y copaban los Grammy de cada año.
Dicen los expertos que Fleetwood Mac quedan fuera por demasiado rock, The Eagles por demasido country y Hall & Oates por sonar demasiado Philadelphia (?).
El Yatch Rock, meloso y classy, con predominio de los teclados y las percusiones por encima de las guitarras, huía de estridencias y combinaba con pericia el jazz y el R&B. Raíces que, según los numerosos entrevistados negros, propiciaron que éste sea uno de los pocos géneros musicales blancos apreciados por la comunidad afroamericana.
A nivel lírico, desengaños amorosos y corazones rotos a tutiplén. El hombre blanco de clase media-alta se abría en canal. Pura melancolía con abundancia de «fool», «baby», «love», «heart» y «summer» en los títulos de sus canciones.
Según el documental, paradójicamente fueron los hermanos Porcaro, arquitectos de ese sonido, quienes, sin querer se lo cargaron. Quincy Jones los contrató junto a Steve Lukather y David Paich (es decir, casi Toto al completo) para dar forma a un proyecto que tenía entre manos: lo que terminó siendo «Thriller» de Michael Jackson.
Ese disco, en alianza con la pujante MTV, lo cambió todo. Había llegado el tiempo de los pop idols (Jacko, Madonna, Prince y compañía) y de la supremacía de la imagen. Era el momento de «ver» música.
Cristopher Cross, Kenny Logins & Michael McDonald
Los yatch rockers, tipos con sobrepeso y/o pobladas barbas y/o gafotas, por muy magos de la melodía que fueran, ya no se comerían un rosco.
Sin apartarme de la línea editorial y conceptual -hay tantas otras bandas y canciones que a mí me encajan como Yatch- del documental, estos son algunos de los emblemas del género. Aunque no aparezcan en el clip, la mayoría tienen a Michael McDonald o un miembro de Toto como denominador común.
No es música para todos los oídos, pero si te engachan, acabas de encontrar un filón, chaval:
Sobre «Rosanna», unos apuntes:
- El mostachudo cantante clásico de Toto, Bobby Kimball, era clavado a Pedro Pascal en rechoncho!
- Si te fijas bien, verás a Patrick Swayze de bailarín
- «Rosanna» está dedicada a Rosanna Arquette, novia de Steve Porcaro en aquellos días
Muy buen artículo!! No tenía ni ideaa de que Jeff Porcaro, Steve Lukather & Co hubieran participado en «Thriller» … Thanks!!
Eduardo, en el documental se comenta que los miembros de Toto, cada uno, participaron como músicos de sesión en MILES de discos! Los más currantes del show business!