48 Horas borracho en Las Vegas. Día 1.

Si llegas a Las Vegas desde la presa Hoover, te encuentras con una amplia autopista en la que en su horizonte se devisa ya la Sin City en todo su esplendor.

En nuestro caso lucía un sol brutal al que le faltaban pocas horas para bajar su intensidad y el tramo final conducimos al lado de un grupo de Hell Angels de nueva generación que dejaban en poca cosa a la tropa de SOA.

Después de cruzar la ciudad nos dirigimos a nuestro hotel, el Hard Rock Hotel Casino Las Vegas, si, el de la película Con-Air con un Nicolas Cage luciendo melena. Sin dudarlo dejamos nuestro Ford de alquiler en el parking que da directamente a la planta baja donde se encuentra el Hall para registrarte, error.

Muy amablemente al bajarnos el recepcionista del parking nos indicó que “el pueblo llano” aparca sus coches de alquiler “mierders” en la segunda planta del hotel. Ya me extrañaba a mí que solo el mío era un Ford y el resto Porsche, Hummers, Ferraris, etc… serian de estrellas del rock pensé yo, nada más lejos de la realidad, allí solo había turista con buen poder adquisitivo o bien turistas como nosotros.

Para los amantes de la música, el Hard Rock hotel es el sitio perfecto, memorabilia de las bandas por todos lados con la puedes estar horas perdido entre los pasillos del hotel, suena música continuamente con la que estas familiarizado, puedes dejar tus dólares en las tragaperras de KISS y tienes una habitación con cuadros de fotógrafos rockeros.

A partir de que te instala en Las Vegas, tu cuerpo no tarda más de diez minutos en adaptarse a la ciudad, me explico. Si vienes de otras ciudades USA con sus prohibiciones para beber alcohol correspondiente, en Las Vegas no existen, por lo que tendrás cerveza a tu disposición en cualquier sitio y a cualquier hora (vamos como en España) y desde ese momento, siempre llevaras una cerveza en la mano, ya sea de tres cuartos de litro o incluso de un litro.

 

Cuando accedes al Strip con la intención de dar una vuelta, te sientes atrapado automáticamente por la ciudad y empieza tu deterioro en salud tanto física como mental y por supuesto económica. No dudas en entrar a las “Beer Rooms” de los supermercados abiertos toda la noche, esas salas a una temperatura de cero grados donde hay miles de marcas de cerveza y formatos a tu disposición, eso sí, no te olvides de presentar tu DNI para poder llevártela.

Cerveza en mano te adentras entre el caos de tráfico del Strip donde limusinas con despedidas de soltero sortean el tráfico, furgonetas anunciando servicios de señoritas y por supuesto los neones te llaman para que comentas tus pecados. Centrándonos en lo nuestro, una cosa me quedo clara, el rock sigue vivo allí, (bueno y la electrónica, los mismos Dj de Ibiza hacen también su agosto en la Sin City) anuncios de Journey en el Hotel Bellagio o un neón en todo el centro anunciando los shows de la residencia de Def leppard, pero es que los ingleses allí son Dios y tiene hasta tienda propia con todo su merchandising,

Unas cuantas horas más tarde, lo que tenía intención de un corto paseo para adaptarse a la ciudad y descansar pronto, se convierte en que has entrado en un montón de hoteles, tiendas, etc… y por supuesto te has bebido un montón de cervezas. Eso sí, al llegar al hotel tienes que cruzar todo el casino y las maquinas te están esperando. Resultado: Primera noche a dormir borracho.

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