48 Horas borracho en Las Vegas. Día 2.

Creo que es imprescindible despertarse en un hotel de las Vegas con resaca, si no tu experiencia en la ciudad no es completa. El abrir la cortina de tu hotel (normalmente ubicados en plantas elevadas) y ver a plena luz del día el Strip para comprobar que los neones, norias y montañas rusas siguen en su sitio, eso sí, todo bajo un sol abrasador.

El querer hacer algo en Las Vegas durante el día es un plan suicida, básicamente porque el brutal calor te hace decidirte por disfrutar de las piscinas de tu hotel, por lo tanto, toalla en mano nos dirigimos a la piscina de adultos del Hard Rock hotel.

Aquí es donde tras presentar tu identificación de adulto en la entrada te encuentras en una piscina a las 11h de la mañana con gente tatuada, trikinis y por su puesto todos bebiendo alcohol y comiendo dentro de la piscina bajo la música infernal de un Dj que pincha Trap. Así que la decisión de irnos a la piscina para todos los publico para acabar remojados rodeados de niños escuchando Tool fue la más adecuada.

Después del “refrescante” baño y bajo un sol brutal, tomamos camino al Strip para por supuesto, dejarnos un buen puñado de dólares en las mil y una tiendas a tu disposición. Las Vegas es puro merchandising y cualquier cosa que busques la encontraras. Para comer, como seguidor de Sammy Hagar no hay nada mejor que disfrutar de la cantina Cabo Wabo, mucha comida mexicana, jarras de cerveza, merchandising del Red Rocker y todo con una banda sonora basada en el Hardrock.

Siguiendo la llamada del Rock & Roll alejado del Strip, en el hotel Rio KISS te quiere seguir sacando dólares y tiene un Mini Golf, Museo, capilla para casarte y mucho merchandising, vamos una locura para los fans. En el museo puedes encontrar todo el material posible de la banda, por supuesto, Instrumentos, trajes, carteles de gira, instrumentos, etc…. pero me quedo con el Porsche 911 que era propiedad de Eric Carr y la puerta original del álbum “The Elder”. Una locura.

En el mismo hotel se celebraba una convención de Star Trek y entre las cervezas que llevaba ya en el cuerpo y verte rodeado de toda esta gente disfrazados como los personajes de la saga tu experiencia entre tragaperras cobra aun un sentido mayor.

Aunque sea algo puramente turístico, ver la puesta de sol junto al cartel de “Las vegas Sign” es espectacular, aunque un consejo al lado está el concesionario de Harley Davidson que tiene un neón con el Logo de la marca y el nombre de la ciudad espectacular para tus fotos.

Hoteles como el Excalibur, el New York necesitaran de tu tiempo para poder disfrutarlos, no solo por la noria, tragaperras, etc… si no por las tiendas o la máquina de Zoldar para introducir un dólar y ver que te deparará la suerte. De allí, cruzando el brutal tráfico de la ciudad la noche solo acababa de empezar y había que rematarla en Fremont Street en el Downtown.

Sin duda, esa parte de la ciudad es la más auténtica y a la misma vez la de más baratillo y decadente. Allí entre neones fundidos,  están los míticos del Sheriff o el del cowboy montado a caballo, podrás ver a gente que exhibe su cuerpo por unos pocos dolares, impagable el Paul Stanley en tanga, gente en tirolinas sobre tu cabeza, barras de bar con Strippers en plena calle y lo mejor, grupos de versiones Hardrockeras que reproducen mucho mejor que los originales el catálogo de Van halen, Def Leppard, Poison, etc….

Por supuesto, perdimos la noción del tiempo y el resultado fue irse a dormir muy tarde y más borracho que el día anterior. Resultado: Al día siguiente tomamos camino al Death Valley con resaca y durmiendo poco, pero al dejar la ciudad entre la montaña rusa del Hotel New York solo puedes hacer más que sonreír.

VIVA Las Vegas!

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