Antes de nada, vamos a comenzar aprendiendo como se dice 13 en japonés: «Amahiru». Pues «Amahiru» es la banda con la que Fréderic Leclercq ( Kreator / ex-Dragonforce) y SAKY ( Mary’s Blood) se han asociado para deleitarnos con un hard rock/metal progresivo de muchos quilates. Al proyecto también se unen la teclista Coen Janssen ( Epica), el bateria Mike Heller ( Fear Factory) y un desconocido Archie Wilson a las voces.
La pericia a la guitarra tanto de Leclercq como de SAKI queda demostrada a medida que se van sucediendo los temas. Los solos son constantes entre uno y otro. La influencia oriental queda de manifiesto en los primeros riffs de «Innocent». A destacar también la gran versatilidad y potencia de la voz de Archie Wilson que pasa de cantar con estilo melódico a gruñir -eso si sin abusar demasiado- en un santiamén, como se demuestra en «Hours».
La festiva «WTTP», o » Bringing Me Down» nos muestran el lado más melódico de la propuesta. Es en las instrumentales como «Ninja No Tamashi» donde se muestra más esa mezcolanza de sonidos orientales, ya que en esta el comienzo es de música New Age gracias la colaboración del mítico virtuoso japones Kifu Mitsuhasi tocando el Shakuhachi, que es un instrumento de viento milenario de gran toque exótico ( vamos una especie de flauta pero de grandes dimensiones) para luego pasar a un desarrollo muy del tipo Satriani.
En «Lucky Star», las teclas de Coen Janssen toman protagonismo, uniendose la voz de Elyze Ryd de los progresivos Amaranthe. En «Zombi» otra de las instrumentales, se pone en evidencia la calidad musical de todos los miembros. Una de las mejores canciones del disco, con una gran labor de los teclados. Después de tanta velocidad, uno se relaja con «Waves» con la que tomas un pequeño respiro para el siguiente tema «Samurai» sin duda el más cañero con una intro asesina de Keller.
En fin, no esta mal para ir acabando el año, la propuesta de estas dos bestias guitarreras que nos han ofrecido un trabajo de alta calidad y del que esperamos nuevas entregas.