Amores a segunda vista

Vaya mierda de disco, de banda o de canción. Te cagas en el persona que te lo ha recomendado. O en tu pésima intuición. Definitivamente, esa música no es para tí. Si te has gastado el dinero, la inversión ha caído en saco roto. Si la escucha era por la patilla, a buen seguro que ese artista jamás verá un duro tuyo.

Y mira por donde, por lo que sea (ampliación de miras, evolución personal, insistencia de un relativo), a medio-largo plazo le terminas pillando el gustillo a ese disco, banda, canción. Es más, puede terminar convertido en pieza angular de tu dieta musical.

Y es que en esto del rock n’ roll, no todo son flechazos y amores a primera vista. Nuestro staff comparte con vosotros 3 ejemplos personales:

The Wildhearts by Txema Herrero

Lo mío con The Wildhearts tiene delito. Los «vi» dos veces (vamos, estaban tocando pero yo no estaba prestando demasiada atención): una de teloneros de AC/DC y otra en el festival Azkena, donde tocaban antes de Screamin’ Cheetah Wheelies (unas de las razones de mi desplazamiento).

En el festival vitoriano estaba ya en otro escenario esperando el comienzo de Farris y compañía, mientras The Wildhearts se oían de fondo y algunos Wheeliesheads se pitorreaban de lo que nos llegaba. 

Fue por la insistencia de mi buen amigo Samu que al fin entendí su propuesta y su amalgama de pop/punk/metal me atrapó via » Earth vs. the Wildhearts» y » The Wildhearts must be Destroyed»… mas vale tarde que nunca.

«Nothing’s shocking» de Jane’s Addiction by OscarFS

Compré el primero de Janes Addiction en Discoplay por que estaba barato, para completar un pedido de discos de hardrock y que no me cobraran gastos. Además, había leído de ellos en algún sitio.

Cuando llegó el álbum junto al debut de Junkyard y otros, lo escuché una vez y pasó a criar polvo. Pensé que eso era muy raro.

Al poco tiempo alquile la película «Dudes» en el vídeo club y salía un tema en la banda sonora que me flipó. Era el «Mountain Song» de Janes Addiction. Y dije, ¡joder si yo tengo el debut de esta banda! A partir de ese momento ya lo escuché de otra manera.

«Fun House» de The Stooges by Sammy Tylerose

Podría trolearte con que, conocedor de su seminal importancia, soy fan acérrimo de The Stooges desde antes de destetarme.

Pero no, a mediados de los 90’s mi conocimiento sobre esa banda se limitaba a dos versiones: la de «Raw Power» por GN’R y la de «Search & Destroy» por Red Hot Chilli Peppers. Y, por supuesto, conocía a Iggy Pop. Pero quien no conoce a Iggy Pop. Mi madre conoce a Iggy Pop y no sabe quien son los Stooges.

Envalentonado por los escritos leídos en los medios de referencia, que lo catalogaban de poco menos que mejor disco de la historia, me lancé de cabeza hacia «Fun House». Y menudo engendro me encontré. Estridente, anárquico, deslabazado, disonante … que sonaba como el culo, vaya. ¡Y ese puto saxo enloquecido!

De la misma manera que el mundo no entendió ese disco en 1970, mis oídos adolescentes -adiestrados en el hard angelino y el sonido Seattle- repudiaron ese disco y lo apartaron de mi camino.

Años después, ya con alguna cana, y no recuerdo que me llevó a ello, volví a pinchar «Fun House». No me extenderé, es tarde y estoy cansado. Simplemente LO ENTENDÍ. Mis orejas habían descifrado el código. No sé el porqué, pero ahora todo encajaba.

Lo estoy escuchando por enésima vez mientras termino esto. Joder. Es escuchar los ruidos guturales de Iggy que abren «Down on the Street» y aceptar encantado la invitación a entrar en la casa más divertida de Ann Arbor.

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