¡Apartheid! Los vetos musicales más absurdos de nuestro staff

A todos nos pasa. Y quien lo niegue, miente.

Disfrutamos como cosacos con mediocridades palmarias, malgastamos nuestro tiempo y dinero con chorradas musicales y al mismo tiempo mantenemos un estricto e incomprensible Apartheid hacia nombres capitales del Rock.

Somos conscientes de que nos estamos perdiendo algo grande, pero amigo, por lo que sea, nos da mucho palo introducirnos en el universo de la leyenda de turno.

Con todos vosotros, algunas de las fobias más absurdas -y su lamentable intento de justificación- que estriñen a miembros de nuestro staff.

Deep Purple (Le Punko)

Los Tótems están para quemarlos.

En esto de la música y, en el caso del Rock me atrevería a decir que más aún, existen ciertos grupos que son de veneración obligada. La lista es amplia, extensa, infinita a a medida que  uno transita por diversos estilos musicales.

Alguno de esos grandes nombres se te queda en el tintero; el mío es de los de aúpa. Nunca he prestado la atención merecida a Deep Purple. No tengo ni uno de sus putos discos, de ninguna de sus formaciones, ni de sus evoluciones estilísticas: NADA.

Gillan, Coverdale, Blackmore, Lord, Morse, Glover, Paice, Satriani … Estos son algunos de los ilustres que están o han pasado por la gloriosa banda inglesa. Para mí se resumen en: la canción prohibida en las tiendas de guitarras y sempiterna canción en Rock FM, escuchas furtivas a una par de álbums (todos sabéis cuáles) y poco más.

Se que estoy en deuda y que desde ya deberían colgarme por los pies y expulsarme de SPD, pero sabéis qué: untado en ácido, en pelotas y con los pelos encrespados con cerveza bailo alrededor del tótem ardiendo de Deep Purple mientras recito como mantra: Burn, Machine Head, Made In Japan, In Rock, Stormbringer,… 

A día de hoy me da pereza remontar el río profundo carmesí: Too lazy to Deep Purple. 

Tom Petty (Andreu from Sabadell)

Con Tom Petty y a sus Rompecorazones, sinceramente no le he dedicado, hasta ahora, mucha atención a su música.

Me sonaba que era uno de los miembros de Traveling Wilburys y nada más. A raíz de un concierto homenaje que se hizo en la Sala Apolo, y al ir escuchando las canciones que iban sonando, me di cuenta que este tipo había compuesto canciones que son clásicos del actual rock americano ( “Free Fallin”, “Learning to Fly”, “I Won’t Back Down”,”Southern Accents”).

Más vale tarde que nunca …

Blue Öyster Cult (MetAln3rd)

Geometría, esoterismo, ciencia-ficción … Estética y conceptualmente la banda de Buck Dharma (no se pude molar más) lo tienen todo para atraerme a las cubetas y hacerme con sus discos.

Sin embargo, no me preguntes porqué, aún no he profundizado en su discografía; y eso que sus portadas son un imán (pura serie B comiquera en «Cultösaurus Erectus» o cinéfila en la cutrona «Forbid Heaven» o en el doble live album «On Your Feet Or On Your Knees», que siempre que la veo me evoca la saga «Phantasma» de Coscarelli).

Su magnetismo pseudo-ocultista y sus guiños a Elric de Melniboné o Godzilla resultan irresistibles (aunque no tanto, ya me ves); supongo que a miles de fans de Metallica les pasó lo mismo pese a darle al «me gusta» con su versión de «Astronomy»…

Siempre se les ha comparado con Black Sabbath (no es extraño, pues su primer single, «Cities On Flame With Rock And Roll», es un plagio descarado de «The Wizard»), y, aunque nunca han alcanzado el estatus de la banda de Ozzy, también han recibido algún que otro homenaje.

Es el caso del mangaka Yukito Kishiro, quien no dudó en plantarles su logo en la frente a dos de los villanos de su serie «Alita, Angel de Combate».

Scorpions (Raúl Scavini)

Sí, así es, un sacrilegio el no tener ni un solo Long Play de la banda con dos mayúsculos himnos del rock como son “Wind of Change“ y “Still loving you”.

Reconozco que la picada de su Hard Rock nunca fue lo suficientemente venenosa como para incorporar un LP a mi colección cuando no había pelas y había que elegir qué ibas a estar repitiendo una y otra vez hasta rayarlo.

Eso sí, ahora tienen su merecido lugar en mi lista de Preferidos de Spotify.

The Beatles (Oscar Fs)

Los Beatles nunca me han interesado lo más mínimo y tengo claro que nunca me interesarán.

Sí, muchos grupos que han formado y forman parte de mi dieta musical como, por ejemplo, Cheap Trick o Enuff Z Nuff, los adoran.

Por otra parte, y aquí puede que estoy cayendo en algo incongruente y en un claro sacrilegio para el seguidor clásico, disfruto más los covers que hacen de ellos bandas como Motley Crue o Tesla y de la banda sonora de “Backbeat (1994)”, que del artista original.

¿Quizás la culpa la tiene los seguidores o los putos trajecitos de los Fab Four?  Da igual. ¡The Beatles alejaos de mi por favor!

Iron Maiden (Txema)

Miles de metalheads los adoran, sin duda son una banda que se puede llamar Clásica, seguramente la banda más emblemática de la NWBHM. Hasta tiene un jet privado que pilota su cantante.

Recuerdo ver sus videos a finales de los 80, pero que puedo decir, nunca fueron para mí. Y reconozco que hay otras bandas del género que me gustan, pero ellos nunca me hicieron «click».

Nunca pasé de algunos de sus hits, que reconozco tienen calidad, y no tengo ningún disco.

Ramones (Sammy Tylerose)

La fotografía que preside estas líneas explica buena parte de mi tradicional fobia hacia Ramones. Las zopencas con camisetas rockeras compradas en Inditex, ¡qué dolor!

Desde siempre he tenido una profunda aversión hacia las modas. Lo que se torna popular, lo que se convierte en trending topic, me provoca automática urticaria. Aunque sea una buena causa. Soy así de raro/malo.

En lo musical, mi frikismo alcanza cuotas despampanantes. Sirva como ejemplo el veto a Metallica y Nirvana que mantuve durante dos décadas: me negué a escuchar la música de estas dos bandas debido a su rivalidad con Guns N’ Roses.

Unas declaraciones, a mi parecer, execrables declaraciones de Hetfield o Cobain sobre Axl Rose eran motivo más que suficiente para aplicar un veto radical a sus combos.

Tengo otros motivos tan surrealistas para no pinchar la música de determinadas bandas que … vamos a dejarlo ahí.

Volviendo a Ramones, odio ver sus camisetas lucidas por indeseables y me da rabia ver su nombre en boca de tontos. La mueca que distorsiona mi rostro cada vez que suena «Blitzkrieg Bop» en la discoteca y la masa hace pogos de mentira debe ser digna de Lon Chaney.

Joey, Johnny, Dee Dee y Tommy no tienen la culpa, lo sé. La sobrexposición de la marca debe ser cosa de encorbatados o de codiciosos herederos, pero el mal está hecho.

En lo estrictamente musical, lo poco que he escuchado me ha parecido repetitivo y simplón (visualiza emoji de hombros levantados y palmas extendidas).

Pero soy consciente de que «los que saben» también tienen a Ramones en los altares, así que, ¡hey ho!, el problema es mío.

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