«Bo Burnham: Inside» – ¿El mejor programa de TV del año?

Si quieres estar al día de lo que se estrena en la pantalla americana -tanto en la pequeña como en la grande- una de tus webs de referencia debe ser metacritic.com. De hecho, teniendo en cuenta que plataformas como Netflix, HBO y compañía se han expandido planetariamente, estarás al día de lo que se estrena en «occidente». También informan sobre novedades en videojuegos y música, pero lo primero no me interesa y sobre lo segundo … digamos que habitan en una dimensión distinta a la mía.

En metacritic.com dan una puntuación sobre 100 a todo lo que se estrena. Pero no tienen un criterio propio. Se limitan a hacer una media de las puntuaciones otorgadas por los principales medios yankees, lo que dota a esas valoraciones globales de cierta objetividad. Ya sabemos que confiar en la crítica es peligroso. Todos nos hemos tragado truños por su culpa. Pero si una treintena de críticos consideran que una película o una serie es cojonuda, suele serlo. Al menos, a no ser que la temática me eche para atrás, consiguen que me plantee su visionado.

Ahora que hemos cruzado el ecuador de este 2021, en la mentada web han recopilado los mejores shows televisivos de lo que llevamos de año. En general, el panorama está flojo. La industria no termina de arrancar por culpa del dichoso virus. Como clarísimo ejemplo, señalar que de ese «best of» formado por 20 programas, la mayor parte o son documentales o son producciones británicas de hace un par de temporadas que se han estrenado este año en USA.

De hecho, show que ocupa la primera plaza, el catalogado como mejor programa de lo que llevamos de 2021 está íntimamente relacionado con la era COVID. Se trata de «Bo Burnham: Inside», un especial de comedia escrito, dirigido y protagonizado en solitario durante la pandemia por el cómico cuyo nombre figura en el título.

La nota que recibe es de, ni más ni menos del 98/100. La cuasi perfección televisiva a un click de distancia, pues el programa está en Netflix. No tenía ni puta idea de quien es Bo Burnham (a posteriori he comprobado que encarna al novio de la prota en ese fraude nominado a varios Oscar llamado «Promising Young Woman», peli malísima con, eso sí, unos 10 minutos finales que te noquean), pero no me ha importaba invertir horita y media de una sosa mañana de domingo.

Bo & Socko

«Inside» no retrata el día a día del cómico durante la pandemia. Es más bien un show marciano de «stand up», una sucesión de números cómico-musicales ideados y filmados por su protagonista a lo largo de 1 año de aislamiento.

Nadie ha estado 12 meses confinado forzosamente, pero supongo que Burnham se obsesionó con el proyecto y hasta que no lo dio por terminado no cruzó el umbral de su casa. Lo mismo cada día salía a tomar birras con los colegas, pero no rompamos la magia.

Que la filmación duró 1 año es innegable por un sencillo motivo: durante ese periodo el hombre no se cortó el pelo ni se afeitó, lo que se aprecia claramente a medida que avanza el metraje, mutando de pijete millenial a clon del más desastrado Jeffrey Lebowski. Ahí no hay trampa ni cartón. Y si tenemos en cuenta lo currados que están algunos gags a nivel visual y sonoro -increíble que un tipo encerrado en una habitación, por mucho cachivache audiovisual que posea, sea capaz de desarrollar eso en solitario- me creo que Burnham arrastre un perfeccionismo cercano al del Axl de «Chinese Democracy».

Vale, todo esto está muy bien, pero ¿mola «Inside»? Mira, mientras visionaba los primeros 15 minutos he ido desarrollando el esquema mental de un «hate post» en toda regla. Ni me hacía gracia ni -ahí he supuesto que entraba en juego el factor generacional- me sentía para nada identificado con lo que estaba viendo. La rajada en contra de Burnham y de los críticos del 98/100 iba a ser gorda.

Sin embargo, a medida que avanzaba el metraje, he ido haciendo las paces con el producto. Es más, digamos que «lo he pillado».

La sucesión de algunos gags afortunados ayudan, claro que sí. El de Socko -el calcetín antifa-, el del Instagram de la mujer blanca, el del sexting, el de la celebración «en tiempo real» de su 30 aniversario o, especialmente, el del gamer que comenta una partida de videojuego, no conseguirán que te partas el culo -tampoco creo que esa sea su intención-, pero esbozarás una sonrisa.

Burnham, aunque a veces cargue con su hedonismo, es un tío con una imaginación desbordante y con talento, especialmente en el apartado musical. En sus cancioncillas toca todos los palos -OK, el RN’R no suele entrar en su paleta- y, letras ingeniosas aparte, la mayoría de ellas tienen mimbres de hits.

Pero lo que realmente mola es acompañar al bueno de Bo en su viaje a la fustración, al agobio, a la degradación mental. «Inside» en sus primeras fases es un show luminoso y optimista. Burnham se lo pasa bien, sonrie a menudo.

Bo Burnham goes 30

A medida que pasan los meses el perfil del show va variando. Todo es más sombrío. Salen a la palestra temas como el suicidio o la ansiedad que le llevó a estar 5 años alejado del escenario. Los gags pierden agilidad, son más espesos, están menos currados. Y en el tramo final el especial directamente aburre.

Pero aburre por qué transmite a la perfección el aburrimiento del Burnham greñudo y barbudo. Bloqueado, hasta las pelotas ya del aislamiento y de ese especial de ¿comedia? de marras. Sólo una mente prácticamente desquiciada puede terminar el especial de la manera que lo termina.

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