Dave Kusworth era de esa estirpe de rockeros malditos y soñadores, pirata de botella en mano y que mostraba toda su imaginación en forma de canciones. Posiblemente de los últimos que abrían su corazón cargado de historias de bandidos, mujeres y romances, todas rasgando una guitarra que te llegaba al alma.
Como buen bohemio, se acompañó de sustancias, pañuelos y fulares, que, junto a camisas y casacas de ante, lo transportaban a otras épocas. Su discografía es tan extensa como su talento y ya sea en forma de cantautor de jeringuilla con guitarra acústica en mano o en formato eléctrico dando lecciones de auténtico “Sleazy rocker”.
Junto a Nkki Sudden dio forma a una serie de clásico de los Jacobites que han quedado como una gran influencia, “Jacobites” (1984) y “Robespierre’s Velvet Basement” (1985), son dos piezas básicas de las que beben tanto punks como aspirantes a “true “rockers. Aunque en mi caso, mi espíritu Sleazy, me hace apreciar más su banda The Bounty Hunters donde subió el volumen del amplificador de su guitarra y se acompañó de una buena pandilla.
Por otra parte, formó parte de la primera formación de The Dogs D’Amour y seguro que la gira que hicieron con Johnny Thunders le sirvió para desplegar sus influencias aún más. Recientemente, se encontraba activo y hace solo un par de años pudimos disfrutar de una gira donde se le veía en buena forma e interpretaba buena parte de su discografía y nos aportó un poco de clase.
