Deep 5 by Kako Navarro (Corazones Eléctricos)

Hay vida después de Uzzhuaïa. O mejor dicho, aparte de Uzzhuaïa (pues aunque sólo sea en directo y de forma puntual, siguen ahí).

Corazones Eléctricos, Capitán Booster y 13 Millas son magníficos «spin off» que recogen las distintas sensibilidades que hacían tan especial a la banda madre. Más melódicos los primeros, más punk sucio los segundos y de alma stoner los terceros.

Corazones Eléctricos es el power trío liderado por Pau Monteagudo (cantante de Uzz). En este proyecto, Pau se encarga tanto de las tareas vocales como de las guitarras y cuenta con el bajista Kako Navarro como mano derecha. Tras un baile de baterías, Quique Cuquerella es el responsable de las baquetas.

Tanto el homónimo álbum lanzado en 2017 como «Arte y Oficio» (2019) son cojonudos muestrarios de rock n’ roll limpio -pero nunca carente de garra- y sin aditivos, con el atractivo de la portentosa garganta del dorado vocalista.

Kako, Pau y Quique están embarcados en una extensa gira por toda la geografía española que pronto recalará en la Ciudad Condal. En BCN estarán acompañados por uno de los baluartes de la escena local, The Grassland Sinners.

Sammy Plays Dirty estará en Rocksound el 03 de Abril y tu también deberías acudir. Las entradas, aquí.

Para ir calentando motores, nada mejor que Kako Navarro y sus Deep 5, los 5 álbumes que más le han marcado en su trayectoria vital.

Deep 5 by Kako Navarro

Ramones – «Ramones» (1976)

Pongámonos un poco en contexto. Antes conseguir música era difícil, los discos eran caros para un adolescente y normalmente llegaban a tus manos de un amigo que te lo dejaba, te lo grababas y lo disfrutabas durante meses como un tesoro.

Así llego a mis manos este disco, la portada con cuatro tipos con unas pintas que te harían cruzar de acera si te los encontrabas por la calle ya era un aviso.

Ese sonido crudo, básico y machacón me voló la cabeza, por Dee Dee Ramone decidí comprarme un bajo eléctrico y aprender a tocarlo.

AC/DC – «Let There Be Rock» (1977)

Una maravilla de disco, te pone las pilas rapidito, es la quinta esencia de lo que debe ser una banda de Rock.

Siempre me atrajeron las bandas que podía poner su música en mi habitación y sacar las canciones del disco de principio a fin solo de oído.

Queen – «A Kind of Magic» (1986)

En un viaje al pueblo de mi madre, un primo lejano mío me lo puso en su casa y decidimos alquilar la película de la que era la banda sonora, «Los inmortales».

Ese prodigio de voz que parecía no tener límites y el resto de la banda tan compacta y versátil en sus canciones me abrió la mente a otras musicalidades más complejas dentro del Rock. Me metí de lleno en Queen buscando toda su discografía disponible.

Guns N’ Roses – «Appetite for Destruction» (1987)

Yo venía de escuchar Sex Pistols por un lado e Iron Maiden por otro en esa época.

Me acuerdo la primera vez que escuché el disco. Me sorprendió porque era algo totalmente nuevo para mí, tenía un montón de matices diversos pero con una personalidad propia apabullante.

Además por entrevistas a la banda descubrí a grupos que les habían influenciado y que no me había parado a escuchar detenidamente, como Aerosmith o Alice Cooper.

Soundgarden – «Badmotorfinger» (1991)

Después de los excesos del Rock de pose, laca y pirotécnia, el grunge fue un soplo de aire fresco para los amantes del género.

Podría haber nombrado el «Nevermind» de Nirvana, que me creó un efecto parecido al «Appetite» de los Guns. Pero Soundgarden tenían ese algo especial que me llamó la atención sobre el resto.

«Badmotorfinger» me pegó muy fuerte y me abrió el camino a disfrutar a fondo a Led Zeppelin y Black Sabbath.

Salir de la versión móvil