Die Cheerleader. Alternativa olvidada.

Die Cheerleader apenas contaron con una existencia de cinco años, en concreto el periodo: 1991-1996. Digamos que era un proyecto de mezcla de “formas de ser” de tres partes femeninas y una masculina, con componentes de Irlanda, Inglaterra, Escocia e Italia. Nos encontramos en los 90’s y por la tanto las posibilidades de editar material son muchas. La banda lanza un buen puñado de referencias, Ep’s, singles compartidos con bandas como Terrorvisión o Wool, y un par de Lp’s, donde desarrollaron su punk en clave Riot Girl con un punto oscuro.

Por supuesto, se patearon los escenarios de los clubs ingleses en giras propias o compartiendo escenario con bandas como Lunachicks. Y es en ese momento, donde alcanzan su mayor «éxito», o lo que es lo mismo, tres hitos que marcan su carrera, a pesar de que éstos no impidieron que se desvanecieran y pasaran al olvido. Son los siguientes:

En el verano de 1993, Iggy Pop escuchó a la banda y se mostró muy interesado en ellos y los invitó a abrir sus dos fechas en Londres. Le gustó lo que vio y los llamo de nuevo para abrir todas las fechas de su gira de otoño por Europa. Esa gira paso por Barcelona (sala Zeleste) y un servidor, a pesar de no recordar en exceso su show, sí que despertaron mi curiosidad, el nombre enganchaba y la actitud oscura y guitarrera molaba.


Al año siguiente, el que se fija en ellos y se deshace en elogios es Henry Rollins. La banda trabajo duro en el estudio y editaron el álbum “Son Of Filth (1995)». Algunos comentarios de Rollins son de auténtico fan “Las letras y la música vienen del alma, podría ser su mayor fan, no paro de escuchar «Son Of Filth» una y otra vez y nunca me canso. Todo lo que escucho es un increíble potencial para el futuro”. Pues como marco la historia, Rollins estaba equivocado.

El siguiente paso y a la postre final, la banda coló una versión de Patti Smith “Dancing Barfoot”, en la banda sonora de la película «Barb Wire (1996)» de Pamela Anderson, e incluso apareció como marca la época, actuando en alguna escena de la misma. Eso si, los espectadores que generaron casi cuatro millones de dólares a la película, no prestaron atención a la banda y pasaron a engrosar la larga lista de bandas alternativas olvidadas.

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