«Druk» – La penúltima ronda

«Según el filósofo y psiquiatra noruego Finn Skårderud, todos tenemos un déficit de alcohol en sangre que deberíamos suplir ingiriendo un mínimo de dos copas diarias para alcanzar una tasa del 0,05%. De esta forma, añade, conseguiríamos aprovechar al máximo nuestras capacidades y lograríamos alcanzar el éxito tanto en lo personal como en lo profesional.»

Esta teoría, compartida por el profesor de Filosofía de un instituto en la cena celebración de su 40 cumpleaños a sus docentes colegas de Música, Historia y Educación Física, es el punto de partida de «Druk», la reciente película del danés Thomas Vinterberg -fundador del movimiento Dogma junto con Von Trier- con el gran Mads «Hannibal» Mikkelsen como protagonista.

Tampoco descubre la sopa de ajo el sr. Skårderud. Con el «puntillo», todos/as nos sentimos más guapo/as, listos/as y fuertes. Ligeramente borrachos tenemos más labia y ligamos mejor. Joder, si no llega a ser por el alcohol, seguramente seguiría virgen a los 42 años.

Inmersos en una profunda crisis personal -sus relaciones familiares no chutan- y profesional -los alumnos les ven como dinosarios aburridos y no conectan en clase-, los cuatro mosqueteros, a modo de experimento científico, deciden poner en práctica la citada teoría: a partir de ahora acudirán borrachos al instituto e impartirán clase achispados.

Y funciona. Gracias a los lingotazos previos, son los putos amos de las aulas. Desencorsetados, vacilones, elocuentes, ahora los chavales les adoran. El profe ha cambiado. Y mola.

Envalentonados por los resultados, deciden pasar varias pantallas y extremar el experimento. Lógicamente -sino la película duraría media hora-, la aventura etílica se les termina yendo de las manos.

Wild boys!

Cuando leí la premisa de «Druk», me froté las manos. Esa cinta tenía que ser carne de SPD. Prometía una serie de situaciones excesivas que disfrutaría recreando para vosotros. Y mira tú por donde, a punto he estado de no escribir este post.

Ojo, es una buena película. Y cuenta con una escena de una gran cogorza donde los actores, si es que no iban realmente trompas, lo bordan. Pero aquí impera la sobriedad nórdica y la reflexión, poca cancha a los desmadres. En el fondo, se trata de un retrato de la crisis masculina de la mediana edad. No estamos ante la respuesta danesa a «El Lobo de Wall Street», vaya.

El día después

Un consejo: si quieres descargar «Druk» en tus puntos habituales, búscala como «Another Round».

Y si se me permite la recomendación, apuntad este otro film de Vinterberg: «La Caza» («Jagten»), un brutal relato sobre la caída libre de un apreciado profesor de guardería -como no, interpretado por Mads Mikkelsen- que es acusado de pedofilia.

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