«Elvis» (2022)

Vaya por delante que mis conocimientos sobre Elvis sólo están ligeramente por encima de la media del ciudadano español. Cuatro datos biográficos y anécdotas básicas que habré leído por aquí y por allí y poco más. Y en cuanto a mi nivel de idolatría hacia su figura, digamos que es más bien bajo.

Vamos a ver, es Elvis, el Rey del Rock N’ Roll, mi música, y claro que le admiro, no soy imbécil. Pero para que te hagas una idea, ahora mismo tengo puesto su único disco que poseo, el «Aloha From Hawaii», y habrán pasado 15 años desde la última vez que lo pinché. No, Elvis nunca ha sido clave en mi vida. Ni Chuck Berry, ni Little Richard, ni Jerry Lee Lewis ni demás pioneros. Si hablamos del RN’R 50’s, soy un paleto.

Austin Butler como Elvis

Con este bagaje, es fácil suponer que acudí a ver «Elvis» con una mentalidad bastante neutra. Ni me iba a ofender por inexactitudes o faltas de respeto ni iba a entrar en extasis al rememorar las grandes gestas de mi ídolo. Tenía entendido que Baz Luhrmann había parido una peli potente y que Austin Butler se salía en el papel de Presley, así que la intención era pasar un buen rato y de paso aprender un poco más sobre su vida y milagros.

Ciertamente, el buen rato lo pasé. Se trata de un biopic la mar de entretenido, dos horas y pico en las que, sólo que te interese un poco el personaje, el aburrimiento queda marginado.

Dicen que Butler clava acento, gestos y manierismos del mito. Como no tengo un master en Elvis, no lo puedo corroborar, pero dota a su personaje de un carisma abrumador. Y de carisma yo sí que entiendo. Tom Hanks, en la piel de ese feriante embaucador llamado Andreas Cornelis van Kuijk aka Coronel Tom Parker, también da la talla.

Coronel Hanks

Partiendo de la base que globalmente me gustó mucho, ¿qué eché de menos? Por pedir, me decepcionó la omisión del periodo 1956-1958. Es decir, los años en que, si no me equivoco, Elvis se convierte el músico más popular de América. Cuando logra el título de Rey. La primera mitad del film se centra en los años formativos y en los escándalosos inicios de su carrera, donde aún era una promesa regional, para, en una extraña elipsis, situarlo ya en la mili de Alemania y ligando con Priscilla. También pasa de puntillas sobre la etapa Hollywood 60’s, pero esa fase no me llama demasiado la atención, así que nada que objetar.

El retrato de la citada esposa sería, según mi opinión, el otro punto flaco. Seguramente Priscilla sea un encanto en la vida real, nadie dice que sea una zorra, pero es que en la peli todo son virtudes: bella, madraza de Lisa Marie y perfecta esposa que comete todo tipo de sacrificios en beneficio de la carrera de su marido, Se ve forzada a pedir el divorcio cuando, entre las drogas y ella, Elvis se queda con las recetas del tal Dr. Nick. Algo me dice que la sombra de la demanda planeaba sobre la cinta si su reputación salía manchada.

Tampoco se incide en la Memphis Mafia y tipos como Sam Phillips, Scotty Moore o DJ Fontana tiene un papel menos que testimonial, pero es que se hubiesen ido a las 4 horas. Luhrmann dice que tiene montadas esas 4 horas, pero lógicamente eso no era estrenable. Quien sabe si algún día veremos «el montaje de».

Elvis cumpliendo con el deber

Ya ves, pocos reproches. «Elvis» funciona y está plagada de buenos momentos, de los que te destacaré dos:

La escena de la actuación simultánea del bluesman Arthur «Big Boy» Crudup en la taberna-puticlub de Tupelo y de Mahalia Jackson, la reina del gospel, en una carpa evangelista a escasos metros es antológica. El pequeño Elvis de 10 años, que lo presencia todo, se vuelve loco. Y cualquiera con un mínimo de gusto musical, también.

Más espectacular si cabe es la extensa secuencia de la primera actuación de Presley en un casino de Las Vegas en 1969. Con un traje de cuero blanco que ya querrían para sí las estrellas hard de Sunset Strip y una enorme big band cubriéndole las espaldas, Elvis-Butler parte la pana en lo artístico y en lo emocional. Impagable cuando le come la boca a TODAS las mujeres de las primeras filas. Sólo al alcance de un Rey.

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