EuROCKvisión 2021!

«We just want to say to the whole Europe, to the whole World: Rock and Roll never dies!«

Este fue el escueto y contundente speech de agradecimiento de los italianos Måneskin al recibir el Micrófono de cristal que les acreditaba como ganadores del certamen de Eurovision 2021.

Históricamente, Eurovision -a pesar de la cacareada victoria de Lordi en la edición de 2006- nunca ha rockeado. Las baladas sensibleras o la música de baile suelen copar el palmarés del evento, pero ayer, por una vez, ROCK N’ ROLL was king.

Y no será gracias a los «especialistas». Los jurados de los 39 países que votaban habían situado, provisionalmente, a los gorgoritos del efebo suizo en primera posición, a la pasional chanson francesa como segunda -no me hubiese molestado una victoria de esa «Voilà»- y, si no recuerdo mal, a la marcianada Islandesa en la tercera plaza.

El glam rock de tintes garajeros de la delegación italiana ocupaba una meritoria cuarta posición, pero bastante lejos del favorito helvético. Parecía que «nuestro representante» iba a quedarse a la las puertas de la gloria.

Sin embargo, faltaba el voto del público. Y si Jesús Vázquez dijo una vez aquello de «España es jebi!!!», yo digo ahora «EUROPE ROCKS!!!». Gracias a la participación de los telespectadores -vía de SMS de pago … uno de ellos mío-, cuyo voto tiene el mismo peso que el de los jurados, la clasificación dio un vuelco espectacular, llevando a lo más alto a está canción:

OK, «Zitti E Buoni» no pasará a la historia de nuestra música, pero debes reconocer que es más que resultona. A nivel visual, la actuación es muy atractiva y, en cuanto a entrega y actitud, nada que objetar. No huele a fake prefabricado por la RAI. Además, yo soy de los que opina que el RN’R, cuanto más popular y más arriba esté en las listas, mejor. El underground como nicho de supervivencia está muy bien, pero nunca como objetivo final.

Pero los laureados Måneskin no fueron la única aportación rockandrolera de la velada.

Finlandia, que ya nos tiene habituados a representantes metaleros, apostó por el nu-metal de Blind Channel, unos Linkin’ Park a la escandinava. No es precisamente mi género favorito, pero es indudable que estos chavales son de los nuestros. Por cierto, si no recuerdo mal fueron la tercera propuesta más votada por el público europeo, así que Blind Channel terminaron en una fantástica sexta posición.

Lo de Portugal fue caviar. The Black Mamba (¿homenaje a Kobe?) nos regalaron una preciosa «Love is on my Side» que no hubiese desentonado en los mejores discos de Journey. Demasiado «buena» para los gustos eurovisivos, no terminó en los primeros puestos, pero caló lo suficiente para terminar en la posición 12.

Bélgica también tiró de clase con los elegantes Hooverphonic y su atmosférica «The Wrong Place». Por sonido y puesta en escena me recordaron a Portishead. A pesar de la calidad, esa sobriedad y las angustiosas imágenes proyectadas de fondo es lo menos «festivalero» que hay, así que es normal que tuvieran que conformarse con el puesto 19.

Para finalizar -y dejándome en el tintero al irresistible petardeo pata negra de los lituanos-, una mención a la actuación más impactante de la velada. ¿Metal? ¿Bakalao? ¿Folk ucraniano? Tan inclasificable como bien valorada, pues terminó quinta!

¿España? Lo de siempre, antepenúltima. Y la gran potencia musical del continente, UK, última con cero puntos. ¿Se empiezan a notar los efectos del Brexit?

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