«Muy buen show de blues pasado por la máquina de ralentizar el tempo y boogie. Parece que vayan a meter siempre una marcha más, pero no, ese es su punto fuerte«
Con este titular de nuestro compañero ÓscarFS, tan certero como es habitual en él, ya puedes hacerte una idea de lo que es un show de Handsome Jack. Serviría como crónica. Pero déjame que te cuente un par de cosas más.
La entrada fue excelente. Apostaría una buena pasta a que el 90% del público -me incluyo- no controlaba su discografía y que apenas llevaba a sus espaldas un par de escuchas apresuradas vía Spotify de sus dos últimos discos. Y sin embargo, había ganas de concierto de una banda con el perfil de Handsome Jack.
Rock clásico bañado de soul, blues y demás géneros nobles, es una música que atrae a diversas facciones de parroquianos locales. Además, el trío, con su look de hippie de desierto californiano -aunque, oh sorpresa, proceden de una pequeña ciudad del estado de NY fronteriza con Canadá– anclado en 1971, como si fueran extras de la serie «Me Llamo Earl«, cae bien. Y encima era su primera visita a la piel de toro.
Si a ello le añadimos que el show estaba montado por Acaraperro -no traen a cualquiera, puedes confiar en esa gente-, esa venta generosa de tickets era previsible.
Un show de Handsome Jack no ofrece emociones fuertes. Su actuación no tiene grandes picos -ni valles- ni aspavientos ni trucos escénicos, mientras escribo esto no recuerdo ningún momento especialmente memorable -OK, esos juegos vocales son para enmarcar-, ese fogonazo que te vuelve a la cabeza transcurridos quince años, pero el nivel rayó el notable durante esa hora y media larga. Aún no han escrito ese par de hits diferenciales que desmelene a su público, que lleve a sus conciertos al siguiente nivel, pero no voy a quejarme. Nadie salió quejoso de Upload.
Un dato: Handsome Jack probablemente tengan las camisetas más feas del RN’R!
