Harvey Weinstein. Durante casi 25 años -desde el estreno de «Pulp Fiction» en 1994 hasta su caída en 2017- fue, probablemente, el tipo más poderoso e influyente de Hollywood.
Te daré un único y revelador ejemplo: Weinstein ha recibido las gracias en 34 discursos de galardonados en ceremonias de los Oscar.
Gwyneth Paltrow, Meryl Streep -quien llamó «dios» a Weinstein- , Ben Affleck, Jennifer Lawrence -«gracias por matar a quien tuvieras que matar para que yo haya llegado hasta aquí«, Christoph Waltz, Billy Bob Thornton, Renée Zellweger, Kate Winslet … hasta nuestra Penélope Cruz se acordó del productor cuando subió al estrado a recoger su premio.
Sí, muchas actrices. Por desconocimiento, por miedo, por hipocresía, ellas solían ser las que lanzaban más piropos al monstruo, al enemigo público de América desde 2017. El movimiento «Me too» no nació por culpa/gracias a Harvey Weinstein, pero casi. Su caso le dio al slogan visibilidad internacional.
Aunque vivas recluído en una cueva de Alaska, estás al tanto. A partir de una investigación del New York Times publicada el 5 de octubre de 2017, que destapaba una serie de denuncias por abusos sexuales contra Weinstein que habían sido convenientemente enterradas por la industria e incluso por la Ley, el efecto dominó fue demoledor.
En los últimos 40 años, Harvey Weinstein, por las buenas o -lo más habitual- por las malas, se ha intentado follar a TODAS las mujeres que se han cruzado por su camino. Desde que se hizo público el caso, le han caído más de 100 denuncias.
Algunas de ellas por parte de actrices tan famosas como Gwyneth Paltrow -sí, la misma que le agradeció el Oscar por «Shakespeare in Love»-, Rosanna Arquette, Cate Blanchett, Heather Graham, Daryl Hannah, Salma Hayek, Angelina Jolie o Uma Thurman.
Weinstein había llevado hasta el extremo la leyenda del «si quieres trabajar en Hollywood, deberás pasar por el aro«. Este tío no inventó nada, seguro que tomó ejemplo de otros que hicieron lo mismo antes que él, alguién le enseñó que eso se podía hacer, pero nadie fue tan a saco como él.
«Eran rumores que no quería creer«, «Sabía que no era trigo limpio, pero …» Ahora toda la industria se excusa. Todos lo sabían, o al menos lo sospechaban, pero nadie se atrevía/le interesaba alzar la voz. Money talks.
Sólo Courtney Love, en 2005, tuvo los ovarios de avisar a las jóvenes aspirantes: «Si Harvey Weinstein os invita a una fiesta privada en el Four Seasons, no vayáis».
Weinstein lo tiene negro. Antaño cerraba bocas con cheques de 6 ceros. Ahora ya no funciona y en la actualidad se está enfrentando a un juicio en Nueva York -en el que le podría caer la cadena perpetua-, donde los testimonios sobre sus tropelías se suceden.
Uno de los más sorprendentes ha sido el de Jessica Mann. Su novia durante una temporada ha declarado que «tiene cicatrices extremas, no tiene testículos y sus genitales están deformados, como si fuera hemafrodita«. De hecho, como aparecidas por arte de magia, entre el jurado circularon 2 imágenes de Weinstein desnudo datadas de 2018.
Como mínimo, resulta chocante que el gran depredador sexual de nuestros tiempos tenga esa morfología, ¿no? O quizás, precisamente, ese sea el motivo de su comportamiento. No lo sé. Si hay algún psiquiatra en la sala, que hable.
En varias de las acusaciones por violación que he leído no se habla de penetración, si no de sexo oral forzado hacia ellas. ¿Harvey Weinstein no tiene rabo? Leo en Wikipedia que tiene 5 hijos biológicos, así que algo debería tener entre las piernas.
Pero ni idea, no tengo pruebas.
Quien parece tenerlo muy claro es Israel Greenshines:
HARVEY WEINSTEIN ES UNA MUJER.
Israel Greenshines es un pornófilo, más de derechas que Federico Jiménez Losantos, al que sigo desde hace tiempo. Su web, Greenshines.com, suele tener material muy entretenido. Me pone de los nervios cuando entra en terrenos políticos, pero cuando se centra en tetas y culos, se nota que sabe de lo que escribe. Además, me gusta su estilo como escritor, tiene punch.
La conspiranoia es otra de sus especialidades. Basándose únicamente en las declaraciones de Mann y en el dibujo que encabeza este post -llevo 2 horas chequeando Internet y no hay NADA más al respecto-, el tipo se ha currado una elaboradísima y delirante teoría en la que, de forma irrefutable -con master class de cirugía plástica incluida-, demuestra que Weinstein nació mujer.
A Greenshines se le ve el plumero e inmediatamente aprovecha «su descubrimiento» para cargar contra el movimiento feminista, pero esa es harina de otro costal.
Aquí tienes el impagable documento:
https://greenshines.com/harvey-weinstein-es-una-senora-de-67-anos/
Harvey Weinstein es una señora transexual de 67 años y tú sin enterarte … hasta hoy.