Cuando el logaritmo de HBO me la recomendó pensaba que era una serie actual, pero se trata de una serie del 2014, que de hecho recibió un globo de oro a mejor miniserie, producida por BBC2 y Sundance TV.
La serie trata la eterna problemática Palestino-Israelí desde el punto de vista de la empresa familia anglo-judía Stein, cuyo fundador (y padre de los protagonistas) se enriqueció con la venta de armas al estado de Israel, que utilizó para reprimir y castigar a los territorios palestinos.
Los hijos en compensación tratan de llevar algo de prosperidad a la zona Palestina financiando universidades e invirtiendo en una red de fibra óptica, pero hay demasiadas rencillas e intereses internacionales contrarios.
Hugo Blick, quien ya nos impresionó con la serie «The Shadow Line» (2011) y recientemente con «Black Earth Rising» en Netflix produce, escribe y dirige estos ocho capítulos de una hora que se cuecen a fuego lento para luego implosionar en un final de vértigo.
Con un gran reparto de calidad, brillan especialmente la neoyorkina Maggie Gyllenhall en su papel de Nessa Stein (en las escenas más tórridas no podía evitar pensar que Nessa era Eelien, el inmenso personaje de Gyllenhall en «The Deuce»), con un acento cockney que parece que sea de de Chelsea toda la vida, y el actor norirlandés Steve Rea, que hace de la contención y del humor británico sarcástico su seña de identidad en el papel del director del MI6 en asuntos de Oriente próximo.
En definitiva, sino os importa no estar siempre de rabiosa actualidad y se os pasó en su momento (como a mi), aquí tenéis una serie para disfrutar estos meses estivales.
