La intensidad, el ritmo y la potencia de la banda, los hacen a día de hoy imprescindibles en la escena actual para comprender el concepto de música bien estructurada y de carácter personal. La colección de temas de los que disponen es impresionante, hecho que les permite hacer cambios de un día a otro en su set, sin que éste se resienta.
En el caso del show de Barcelona, equilibraron el setlist entre sus tres últimos álbumes y acudieron a su debut para reivindicar su sonido más Punk, me gusto que dieran juego hasta en cinco ocasiones a «Ultra Mono», que parecía algo aparcado en esta gira. Durante una hora y media, el ritmo fue constante, sin un momento de respiro y solo rebajándolo cuando tocaba para explotar de nuevo.
Sin duda, la potente base rítmica, es la que lleva a la banda a esa tensión que cautiva a los que se encuentran recibiéndola, que acompañada de los fogonazos de las luces no aptas para esquizofrénicos, les hace entrar en su propuesta. La dupla de guitarras juegan cada uno es liga, pero a la misma vez se compenetran sin problemas, cortantes y rabiosas y cargadas de efectos cuando toca. Y si nombrábamos la rabia, esa es la que trasmite la voz de Talbot en cada palabra que escupe, pura intensidad a punto de explotar.
Esa intensidad anteriormente indicada, esperemos que la mantengan durante mucho tiempo, a pesar que notar un poco fatigado Talbot, sudando mucho, escupiendo constantemente y tirando de hacer cantar a la gente más de la cuenta, posiblemente no estaría fino. Y para acabar y por poner alguna pega, normalmente entre «Danny Nedelko» y «Rotweiler», para rebajar pegada la banda incluye el tema que cierra su reciente álbum»The End», pero en Barcelona tiraron por la directa y se la saltaron, posiblemente por lo comentado antes de la fatiga de su cantante. Idles: I’m Allright!