Into the Night

Bendita Serie B. Si te apetecen 4 horas de entretenimiento puro y duro, alguna cosa con la que segregar adrenalina y que dejar en paz a las neuronas -en breve dedicaré unas líneas a una serie «para listos»- pero que al mismo tiempo esté medianamente bien hecha, «Into the Night» es tu subproducto.

Artefacto belga de 6 capítulos made in Netflix, su premisa es la siguiente: Por motivos inexplicables, el Sol está matando, en cuestión de segundos, a todos los seres vivos del planeta Tierra. Los países donde aún no ha amanecido siguen a salvo, pero en cuestión de horas correrán la misma suerte.

Un militar italiano de la OTAN, al tanto de lo que está pasando -en las primeros compases del serial la tragedia aún no es vox populi-, decide secuestrar un avión en el aeropuerto de Bruselas y -siguiendo los consejos de Village People y Shark Island– les obliga despegar dirección Oeste. Es la única opción, ser más rápidos que el astro rey y siempre volar protegidos por el manto de la noche terrestre.

Los roces entre secuestrador-salvador, tripulación y pasaje -de lo más variopinto e internacional- no se harán esperar. El combustible se termina y hay que tomar decisiones. Ahí lo dejo.

En otras manos, el resultado sería sonrojante, pero sus creadores han jugado sus limtadas cartas de forma atinada y se han cascado una serie cojonuda. La sombra del placer culpable no te hará compañía.

Dicen que «Into the Night» está basada en un libro polaco de sci-fi llamado «The Old Axolotl«, pero leyendo su sinopsis parece que se hayan inspirado únicamente en la primera página. Desde luego, si hay nuevas temporadas y se siguen inspirando en la novela, «Into the Night» cambiará radicalmente de género.

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