El Tribunal Supremo de Sammy Plays Dirty, con la imparcialidad que le caracteriza, se reune para dictar sentencia.
Con la excusa del anuncio de la próxima fecha de Limp Bizkit en Madrid (26/08/2020), las altas instancias de esta web se embuten el Adidas y diseccionan los claroscuros del Nu Metal.
¿Habrá amnistia? ¿Rodarán cabezas? Pasen y lean:
MetAln3rd
Nu metal sí, Nu Metal no. Joder, esto sí es un dilema y no aquél «OTAN sí, OTAN no» que cantaban Panzer en el ’83.
Hacer un balance de daños, en ambos casos, no es cosa fácil; pero, como de política internacional ando algo cojo, mejor me limitaré a dar mi opinión sobre los chandal-metaleros.
Y, bien, si metemos en ese subgénero a System of a Down, mi respuesta es clara: un SÍ como una puta catedral (ya sé que es posible que SOAD no regresen al estudio jamás, pero Daron Malakian y sus Scars on Broadway siguen en activo -incluso hace unos días prometieron material nuevo para este 2020-, y si la banda madre es nu metal, lo de su guitarrista pues más de lo mismo, ¿no?).
Si, en cambio, consideramos que los armenios no entran en el saco, mi postura pues está clara: allá-cada-cuál-pero-a-mí-no-te-me-acerques. Korn, Deftones, Linkin Park, Slipknot, Limp Bizkit y los cientos de sucedáneos que copian a unos u otros no me interesan lo más mínimo.
En su momento de máximo esplendor sí seguí los pasos de la banda de Jonathan Davis, pero de eso ya pasó mucho tiempo. Aún así, sus dos primeras obras me siguen pareciendo clásicos incontestables de los 90s.
En lo único que, con el tiempo, me he acercado a sus postulados ha sido en el vestir. Hay que ver qué cómodo es ir en chándal. Y pensar que estuve casi tres décadas sin tener una de esas prendas en el armario… Las jornadas domingueras en plena naturaleza hubiesen resultado mucho más cómodas, te lo aseguro.
Desde hace un par de años ya no hace falta tener que pisar vegetación para enfundarme en uno; es llegar el fin de semana y se convierte en mi segunda piel. ¡Estoy pensando incluso en llevarlo puesto al trabajo!
Si el de gimnasia (perdón, educación física) lo lleva a todas horas, por qué voy yo a ser menos, ¿verdad? Además, gracias a la libertad de movimientos que confiere podría sustituir las habituales collejas que reparto a los alumnos más díscolos por patadas voladoras.
Uff, sólo de pensarlo me pongo palote. All Day I Dream About Seeeeeeex…
Andreu from Sabadell
A mí, personalmente, este tipo de estilo nunca me ha acabado de entrar, supongo que me quedé con imágenes de tíos siempre cabreados, demasiada negatividad y rabia contra el mundo.
Por no hablar de la irrupción de voces guturales y sonidos demasiado extremos para mis gustos más conservadores dentro del Metal.
Ahora bien, con este nuevo estilo, a mi entender el Metal se actualizó y a creó nuevas reglas estéticas, como el hecho de llevar rastas, la vestimenta (¿por qué todos usan chándal?) o la aparición de las perforaciones.
En fin, todos los estilos metaleros caben en este mundo, y habiendo todavía de más extremos que éste, ¿por qué no al Nu Metal?.
LePunko
No al Nu Metal como género.
La lista inacabable de grupos que merecen la muerte de la cucharilla de café es interminable. Para mí, que también recibí el impacto del chándal metal, se ha quedado en un recuerdo de hace 20 años. Lo que está muerto, ya lo dice el genio de Aladdín, no se puede resucitar…
En mis estanterías puedes encontrar los primeros álbumes de Slipknot y Limp Bizkit, «White Pony» de Deftones, incluso el «Hybrid Theory» de Linkin Park. Ahora me costaría encontrarlos bajo la tonelada de polvo que acumulan de hace alguna década.
Korn también tuvieron su cota de tiempo, pero al final todo se desvaneció. Slipknot, Deftones y Korn probablemente se salven de la quema general pero ya no me motiva para nada la propuesta musical que formulan.
Si con el nacimiento de los 90’s, el auge del Rap y Hip Hop, la música sampleada tuvo su momento y quizás también su interés, con el tiempo se ha corrompido ese aire fresco que entró como huracán en la escena metálica hasta convertirse en moho y aire viciado. Lo que murió, bien muerto está.
Txema Herrero
Mi interés por el Nu Metal se centra únicamente en la primera generación, con bandas como Korn y Deftones, a los que llegué a ver en directo en sus primeras visitas.
Parecía una evolucion lógica del Metal Rap, que había dado algunos buenos resultados en la era del Rock Alternativo, pero como pasó con la segunda generacion del Grunge, se perdió la frescura y el estilo se estancó.
Aunque éstos nuevos grupos vendieran más discos que los originales , para mi ya no tenían ningún interés.
Nu metal, ¿el género? ¿subgénero? ¿tendencia? de mezclar elementos de rock con rap, no me ha interesado nunca. El hecho de que a mí el rap no me guste mucho influye en mi falta de interés.
Derek Phillips
Grupos como Limp Bizkit, Korn, Linkin Park, Papa Roach no me han llamado nunca la atención ni por su música ni por su estética (pantalones anchos, gorra de béisbol puesta al revés, rastas).
A nivel musical -el tono grave de las guitarras, la falta de solos de guitarra- me parecía muy pobre. La incorporación de un DJ para hacer samplings no entra en mis esquemas musicales.
Los cantantes que varían de un canto limpio a gritos y rapeos tampoco me interesa. Quizás sea un clásico, prefiero un cantante que canta, no uno que intenta hacer rap o simplemente chillar.
¡En definitivo, el Nu metal no es lo mio!
Sammy Tylerose
Como habéis podido comprobar, los colaboradores de esta casa son un atajo de dinosaurios.
Ni una sola opinión favorable hacia el género que supuso una bocanada de aire fresco a una escena que apestaba a sudor agrio. Ni un ¡hurra! al estilo que ha permitido que nuestra música, en pleno 2020, siga presente en millones de hogares. En definitiva, ni un bonito recuerdo sobre el Nu Metal, el movimiento que salvó el rock n’ roll …
Qué, no ha colado, ¿verdad?
Ahora en serio. Sin con Kevin Roldán empezó todo (merengues y culés sabrán de que hablo), con el Nu Metal terminó todo.
Desde, pongamos, Chuck Berry hasta Kurt Cobain hubo una continuidad. Los géneros se fueron sucediendo -pon tú los nombres- durante décadas. Algunos nacían con la intención de barrer lo que estaba en boga ese momento, de acuerdo,pero todos tenían algo en común: el respeto por las raíces.
Se trataba de músicos que, valga la redundacia, amaban la música. Sentían que, desde su posición privilegiada, su obligación era reivindicar aquellas bandas que habían sido piedra angular en su formación, revelar sus influencias, echar un cable a aquellos compañeros que no habían tenido tanta suerte … y, en definitiva, de esta manera, se garantizaba la continuidad del Rock N’ Roll.
Siempre me encantó la filosofía de «si te gusta mi música, escarba, acude a las fuentes, que fliparás».
Los adolescentes de finales de los 80’s/ principios de los 90’s, gracias a Guns N’ Roses descubrimos a Rose Tattoo y a Hanoi Rocks (y al ABC del punk a través de «The Spaghetti Incident»), gracias a Pearl Jam aprendimos a valorar a Neil Young, gracias a las covers de Pantera supimos de la grandeza de Black Sabbath.
Por no hablar de esos discos tributo colectivos a KISS («Kiss my Ass»), Led Zeppelin («Encomium») o los propios Sabbath («Nativity in Black»), donde lo más granado del planeta alternativo nos ponía en brazos de los colosos del rock clásico.
Después del Nu-Metal, la devastación. Un páramo. Los del chándal dejaron al Rock n’ Roll hecho un solar. Esos hijos de puta se cargaron la GRAN TRADICIÓN. Llegaron, se llevaron la pasta y se largaron cerrando la puerta a cal y canto.
¿Las influencias de Fred Durst, por favor? ¿Las recomendaciones de Linkin’ Park? ¿El disco de versiones de clásicos de Static-X? Toda una generación de chavales de 14 años se echó a perder haciendose adulta sin conocer, por boca de sus ídolos, la importancia de Elvis, los Stones, Sex Pistols o Van Halen. El venenó no se transmitió.
Vamos a ver, yo también me engorilo con «Nookie» o «My Own Summer«, el género tiene sus hits. No todo es mierda (sólo odio a Linkin’ Park), pero creo que me he explicado.