Sobre Händ poco podemos contaros. Apenas tuvimos tiempo de presenciar un par de sus cortes instrumentales, furiosas detonaciones stoner; pero lo que vimos, estuvo de puta madre. Quizás un concierto entero de una banda sin cantante se haría cuesta arriba, pero el trío local dejó con ganas de repetir.
Jane Lee Hooker, bonito nombre, flojean un poco en plástico. Aunque sus intenciones son buenas, a sus álbumes les falta pegada y a menudo flirtean con el mainstream rockero blando.
Afortunadamente, su directo es harina de otro costal. Cierto que su peculiar vocalista, Dana Athens, imposible cruce entre Jim Dandy de Black Oak Arkansas y Patti Smith, en ocasiones da la sensación de ir a su aire y su estilo no siempre pega con la base netamente southern rock de sus compañeras, pero la entrega y buenas vibraciones que destila el combo, con su aspecto de extras de «Orange is the New Black», hacen que su show sea sumamente entretenido.
Especial mención para su dupla guitarrera, Tracy Hightop -preciosa sonrisa y buen olfato- y Tina Gorin, dos bestias pardas con muchísimas tablas que robaron más de un corazón de la sala.
Tras una horita de buen classic rock, las neoyorkinas dejaron el ambiente bien caldeadito. A pesar de los abusivos precios de la birra -5€ una cerveza de 33cl, ladrones-.
Los canadienses La Chinga fueron los elegidos para cerrar el X aniversario de Red Sun. Siendo un viernes, la presencia de público no fue muy elevada, a pesar de que que la mayoría de los asistentes, de alguna o otra manera, nos conocemos, ya que el nexo de unión de Rocksound continúa siendo importante y realmente somos fieles a las propuestas que nos van trayendo. Pero veo que el hard rock clásico no llega a gente más joven, que se acaba interesando en propuestas un tanto alternativas, tipo Frankie and The Witch Fingers por poner un ejemplo.
Hecha esta disertación filosófica, la Chinga consiguió divertir al personal con ese hard rock de corte clásico con cierto toque stoner y con un sonido más potente en comparación a la descarga de Jane Lee Hooker. La guitarra realmente sonaba cojonuda. A mi me gustaron, pero es cierto que el sonido es demasiado repetitivo y no estaría de más un poco de variedad.
El trío canadiense, unos veteranos de la escena hardrockera, no tienen demasiada producción discográfica, siendo el último trabajo, el tercero del 2018, pero tienen auténticos himnos, llenos de groove metálico, como «Nothin’ That I Can’t Do» o «Mama Boogie». Final con un tema que no podía faltar como «La Chinga» para cerrar un bolo intenso.
Las increibles fotos que adornan este post son obra de nuestro cameraman oficial, Àlvar LG.