La gran estafa. El retorno de los Robinson (The Black) Crowes.

Los «new» The Black Crowes o The Robinson Crowes, como más te guste llamarlos, han anunciado fechas por Europa y en España se pasaran por Madrid el 12 de Noviembre de 2020 en fecha exclusiva. Pero antes de nada, os dejo mi opinión al respecto.   

Mi disco favorito de Black Crowes es “Amorica (1994)” y mi show favorito el de esa gira en el Palau Olímpic Vall d’Hebron de Barcelona un 13 de febrero de 1995, que incluía coristas, percusiones (Eric Bobo de Cypress Hill) y la formación clásica por supuesto, dandole un carácter al show al estilo de los Rolling Stones de Black And Blue.

Sí, también estuve en el histórico show de la sala Zeleste de 1992, y a pesar de que aquello fue algo para recordar, ese día la banda escatimó su set en relación a otras fechas de la gira.

Después de esta pequeña demostración de cultura viejuna, creo que la banda después de separarse la primera vez después de la etapa “By Your Side” nunca deberían haber vuelto.

Y menos con la necesidad de querer demostrar que eran los más auténticos en cultura de la música de raíces americana, para mí un tostón y de corte cansinos todos sus discos post separación.

De la reciente vuelta poco puedo decir, solo que me parece un acto de «caradurismo» llevado al máximo exponente, resulta que los hermanos lo hacen para que sus correspondientes hijos y familias se hablen, etc… claro, claro…

Por eso juntan a una panda de mercenarios y giraran tocando un disco de debut que a día de hoy deben odiar y ponen tickets a precios abusivos (estaré en Chicago este verano cuando toquen allí y los tickets van de 150$ a 1500$), todo con el fin recaudatorio de la nostalgia para los Robinson Brothers.

Por último y aunque no venga a cuento, dejo una anécdota que viví: Nos situamos en Ibiza en una cala a principio de la década de los 2000. Un yate estaciona en la parte delantera de la cala y se baja un grupo de personas a una lancha que se acerca a la cala.

Servidor mira desde la posición del bar como se acerca dicha lancha y sorpresa es la actriz Kate Hudson con su marido Chris Robinson, el cantante con look playero, barba y con cara de dios mío qué coño hago aquí.

Pero la pareja no va sola si no que le acompaña la madre de ella Goldie Hawn y un señor muy tostado y rojizo por el sol ibicenco que no era otro que Kurt Russell.

Todos se hicieron un masaje, consumieron bebidas y se volvieron a su yate.

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