Nuestras favoritas de AC/DC

Determinar tu canción favorita de AC/DC es más difícil que decidir que chica Bond llevarías antes a tu cama. Todas son/están buenísimas.

Pero en ésta, la semana grande de Angus, Bon, Malcolm, Brian y compañía en SPD, el staff ha hecho el esfuerzo. Las elegidas son:

«Moneytalks» by Le Punko

«AC/DC LIVE» me petó la cabeza. Ese disco doble catapultó mi amor por AC/DC.

Y entre toda la carga explosiva que contenía el disco: «Moneytalks». ¡Ese riffaco irresistible del inicio, esa batería penetrante, Brian Johnson más fucker que nunca! ¡Esta canción es la puta hostia! Es empezar a sonar y el bueno de LePunko se pone burrote. Con una letra de lo más canalla y socarrona, obra de Malcolm, la versión real de Pretty Woman: ¡de cómo ponerla en adobo por obra y gracia de mr. Green! Ya sabéis…

Come on come on… Love me for the money

Listen to the moneytalk!

Ya en su versión de estudio, «Moneytalks» («The Razor’s Edge», 1990) es una brutalidad, vamos como el disco entero, pero es que en directo es absolutamente demencial. Este tema es una corner stone en mi amor por el rock, por la música, por AC/DC.

«Rocker» by Derek Phillips

Mi canción favorita de los ACDC es “Rocker”, originalmente publicada en 1975 en su disco “T.N.T”.

Con solo 2.50 minutos es una de las canciones más cortas del grupo, pero a la vez una de la más rápidas y directas.  No tiene ningún riff especialmente memorable pero no da tregua y te golpea como una patada en el culo desde el principio al final.

Una frenética expresión de principios del grupo con un Bon Scott dejando claro de cómo era:

I’m a rocker. I’m a roller. I’m a rockin’ rollin’ man”. 

«Thunderstruck» by Raúl Scavini

El tema que me arrastró irremediablemente al universo AC/DC fue, sin lugar a dudas, “Thunderstruck”.

No sólo por ese endiablado acorde arpegiado que se erige como eje central sobre el que gira todo el tema, sino también por la entrada paulatina de los instrumentos que acumulan energía compás tras compás hasta la eclosión del primer “thunderstruck” completo. Es uno de los pocos temas de éxito donde la introducción de éste tiene casi el mismo peso en tiempo que las partes principales del mismo.

En la mayoría de mis clases de música clasica sobre Formas musicales y análisis  pongo esta canción como ejemplo de cómo un pedal armónico bien llevado y equilibrado puede llevarte a un éxtasis de energía musical. Y también de cómo, cuando el virtuosismo instrumental se pone al servicio de la música y no al revés, puede crear piezas absolutamente genuinas que conquistan seguidores generación tras generación.

Así que, sea la versión de estudio o en directo, cuando quieras una buena dosis de energía musical, recurre a este tema y ponlo “As loud as possible”: No habrá forma que tu pié no deje de llevar el tempo y todo tu cuerpo empiece a saltar mientras gritas “Thunderstruck”.

«Riff Raff» by Txema Herrero

Este tema del disco «Powerage» siempre fue de mis favoritos aunque con el tiempo quedó un poco en el olvido detrás de otros clásicos de la era Bon. Un gran título que define perfectamente el tema.

Angus y Malcom respondiendose a riffs , la base rítmica echando humo y Bon siendo Bon, uno de los mejores frontmen de la historia del Rock.

«Nervous Shakedown» by Andreu From Sabadell

Buscar una canción favorita de AC/DC es algo complicado porque hay un puñado de canciones que tendrían este honor. Voy a huir de las que todos conocemos y voy a proponer una que aparece en “Flick Of Switch”, noveno trabajo de los australianos. Tercero con Brian Johnson y que, a pesar de contar con un mago de las teclas como Robert “Mutt” Lange, significó su declive musical.

Estamos hablando de “Nervous Shakedown”, con ese inicio cadencioso, riff machacón que te va penetrando en tu cerebro y acompañado con ese estribillo tan marca de la casa, y con un Angus enorme que va tejiendo sus solos a lo largo del tema.

Vaya aquí una lanza en favor de todo el “Flick Of Switch”, un trabajo que fue machacado por crítica y seguidores, pero que escuchado con calma y perspectiva no deja de ser un buen disco, en la línea de los dos anteriores publicados con Brian Johnson. Vale la pena pegarle una escucha para saborear temas como “Rising Power”, “Guns For Hire”, “Deep In The Hole” o “Landslide”.

«Have a Drink on Me» by Sammy Tylerose

«aaaaall niiiiight lonnnng«. La última (y enésima) repetición del estribillo de -con permiso de «Highway to Hell»- la canción más conocida de AC/DC, tras el obligado par de segundos de mute, da paso a Angus jugueteando con la guitarra en lo que supone el inicio de una de sus piezas más oscuras: «Have a Drink on Me».

Desde siempre la he citado como mi favorita de la banda y la gente me mira raro por la extravagancia de mi elección. Pero es así, la octava pieza de «Back in Black», es, desde que pinché ese disco, mi canción predilecta de AC/DC.

En esencia, durante buena parte de su minutaje, este homenaje a la vida disoluta de Bon Scott no deja de ser otro boogie-rock buenrollista de los que tienen a patadas en su discografía (aunque los expertos alaban la creatividad de sus líneas de bajo … eso lo dejo para el profe Scavini). Sin embargo, a partir del instante 02:45, al finalizar el solo, contiene el hecho diferencial que me «sulibeya».

En vez de volver a repetir la estrofa y ya tenemos una buena canción finiquitada, el mundo se paraliza durante unos instantes. La cordial fiesta alcohólica se interrumpe repentinamente. Brian entra en trance y con tono amenazador, desafiante, repite una y otra vez «have a drink on me«. La tensión se palpa. Te asalta la ansiedad. Sabes que ALGO va a pasar.

Y, efectivamente, PASA. El toro herido que estaba tomando un respiro, que estaba cogiendo carrerilla, embiste ciego de furia. Un minuto de fuego a discreción donde AC/DC ejecutan la mayor demostración de agresividad que yo les recuerde.

«Whole Lotta Rosie» by Rifle

Con AC/DC la cosa va de mitos. ¿El mejor tema? Muy complicado elegir, pero elegimos el mítico disco «Let There be Rock», que bien marcó más que una época, y escogemos la mitiquísima «Whole lotta Rosie».

Originalmente con Bon Scott, simplemente impresionante. Con Brian no decae ni un ápice. También mítica en sus directos con la muñeca hinchable. Para mí, es escucharla y transmitirme hard rock en vena.

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