Las rockstars (literalmente) al desnudo – METAL edition

Más madera! Turno de los libertinos que pueblan el universo hard & heavy. Desprovistos de cuero y tachuelas, aquí tienes una breve y selecta muestra de los mejores desnudo metálicos. For your electric eyes:

Esta foto, James Hetfield polla en mano, era la portada de un CD pirata de Metallica que estaba en las estanterías de la legendaria Virgin Megastore de BCN. No bromeo. Cómo han cambiado los tiempos. Para la venta de discos, para los guardianes de la moral y para James Hetfield.

Todos conocemos de memoria cada cm del rabo de Tommy Lee. Y el verdadero fan de Mötley Crüe también habrá visto a Vince copulando en su famoso vídeo casero. Por el contrario, Nikki suele ser un tipo más discreto. Pero también, también sacó el cipote delante de una cámara. Y no de una cualquiera, sinó la de Ross Halfin, uno de los mitos de la fotografía rockera.

Phil Anselmo verga (¿erecta?) en mano, sujetando una revista con Lemmy en portada, y un tipo que aparenta ser Dimebag Darrell lavándose los dientes. ¿Alguien me puede explicar que estaba pasando ahí?

Esto sí que es una rareza. Doro Pesch, la reina del metal teutón, a pecho descubierto mientras entona un agudo. Tan celebrada fue la efeméride que hasta Kerrang! la convirtió en un poster que, a buen seguro, hizo correr litros de lefa en grutas y kelis de centenares de tronkos.

Jesse James Dupree, lider de Jackyl, en una foto que es pura simbología. Para alguien que cantaba aquello de «She Loves My Cock», mostrar el nardo a las lectoras -¿o eran todo tíos?- de Playgirl de 1993, más que un acto natural, era un deber patriótico.

Lee Aaron, la autoproclamada Metal Queen canadiense. Como sucedió con muchas compañeras de gremio de la época, su propuesta estaba hipersexualizada. Si querían destacar en un mundillo de machos, parece que no había otra.

Así, la autora de títulos como «Hot to Be Rocked, «Gotta Thing for You», “Whatcha Do to My Body” o «(You Make Me) Wanna Be Bad» -o su departamento de marketing- tuvo la ocurrencia de posar para Oui, el equivalente canadiense a Playboy, con este chabacano resultado.

Soundgarden estaban resultando unos compañeros de gira muy sosos. Esos taciturnos tipos de Seattle necesitaban un estímulo para soltarse y Slash consideró que el mejor antídoto para tanto sopor era saltar a escena durante uno de sus shows. Y que desnudo y empitonando una muñeca hinchable sería el outfit idóneo.

Salir de la versión móvil