Life, Sex & Death. Homeless Sleazy Rock.

Si le pegas un vistazo al video clip de «American Noise» de Life, Sex & Death, te encuentras otra nada de Sleazy Rock, que en pleno 1989 lucían pelo crepado, ropas ajustadas de spandex y que aportaban todos los «tics» posibles y necesarios a la escena. Es decir, poses, cantante (en este caso) de dudoso atractivo, pero gustándose así mismo, chicas luciendo bikinis diminutos, baquetas al aire, etc… Hasta aquí todo en su sitio.


Pues bien, si nos situamos en 1992, se edita el álbum, «The Silent Majority» vía Reprise Records. Si bien el álbum se mueve en la línea del Hardrock, está claro que es un ejercicio de poner al día el género y dicen que la multinacional, pago una cifra de siete dígitos con la intención de ganar millones de dólares. Pues bien, nada más lejos de la realidad, y si bien una de las cosas que atrajo a la compañía, fue el estilo personal de su cantante Stanley, este también fue el principal motivo de la desaparición del grupo.


Pero pongámonos en situación, cuenta la leyenda que Stanley a causa de una depresión personal dejo de lado su look Sleazy y empezó tanto a vivir como a vestir como un Homeless. Por supuesto la higiene quedo aparcada, aunque sus ropas destrozadas y sucias de vivir en la calle no afectaron a desarrollar una identidad y personalidad solitaria que plasmaría en el álbum.


Por supuesto, no tardaron en llegar las críticas que lo acusaban de pose, pero lo que es cierto que una parte de la prensa alternativa, les dio mucho juego, parecían llamados a ser los salvadores del género y elegidos para darle un nuevo aire, creando un puente con la escena alternativa. Sin ir más lejos, en nuestras tierras, la revista Popular 1 o programas de radio como «Bona Tarda Tarda» del periodista Jordi Tarda les dieron juego y vieron en ellos un fenómeno a explotar y hacerlo conocer a sus lectores y oyentes respectivamente.

El disco por supuesto es muy recomendable y completo, de esos incomprendidos en su momento, ya que había que estar preparado para escucharlo y no volverse loco, es decir los fans que venían del Hardrock “puro” no conectaban con ellos y los fans alternativos lo veían demasiado Hardrock. Todo gira en relación a la personalidad vocal de Stanley, junto a las guitarras de Alex Kane o Zim Zum y un trabajo vocal en los coros acompañado de una potente base rítmica hacen el resto. «Wet Your Lips» debería haber sido el nuevo himno del Strip, «Train» es eso, un tren desbocado, «Schools For Fools» tendría que haber sido número uno dela nueva era alternativa o «Fuckin Shit This», con su arrogancia y estribillo al estilo Extreme o Enuff Z Nuff.


En lo que respecta al directo, sus shows eran auténticas locuras, Stanley no dudaba en llegar solo al recinto, posiblemente de haber pasado el día tirado en un parque cercano, y con su ropa harapienta se paseaba por el público antes de empezar el show. En alguna ocasión su propia audiencia, al verlo pensaban que se había colado un vagabundo y llamaban a seguridad. Por supuesto se entregaba a fondo y se vaciaba en escena dejando a todo el mundo pasmado.


Stanley por lo que he podido comprobar en páginas de la red de dudosa credibilidad, dicen que actualmente vive en Malibu con un estilo de vida de lujo, aunque dudo que fuera de las ventas de la banda, aunque igual le siguen llegando royalties o bien el cheque de Reprise Records fue muy abultado. Otras informaciones dicen que le robo una herencia a su hermana o que mal vive con su madre y aparenta ser rico, lo que es cierto es que ha desaparecido de cualquier escena musical.

Alex Kane, monto varias bandas como Clam Abuse o toco con Enuff Z Nuff, pero es con AntiProduct, el grupo de Glam Punk con el que desde el año 2000 se gana la vida. Zim Zum al separase LSD, se fue con el reverendo Manson para la gira «Dead To The World» del 1996-97 y colaboró en temas de «Mechanical Animals» hasta que en 1998 le dieron la patada y sobrevive como puede. En resumen, LSD cumplen con el honor de banda olvidada por el 99’9% de la humanidad, aunque unos pocos apreciamos sus esfuerzos en su momento y los recuperamos de vez en cuando.

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