Hacía casi trece meses que no asistía a un show de música en directo. Imagino que lentamente o muy lentamente, iremos recobrando sensaciones y, sobre todo, posibilidades de ver a artistas en digamos condiciones “normales”. El show de Luke Winslow-King se me antojaba como una buena manera de ir entrando de nuevo en la rueda de la música en directo, un recogido y bonito teatro, con las correspondientes medidas de seguridad y un músico americano sobre las tablas, aunque esto último tenia trampa, ya que Luke reside en nuestro país desde hace una temporada, para muestra su castellano “guiri” como el mismo decía.
Acompañado por el fantástico guitarrista Roberto Luti, en formato dúo fueron sonando diferentes estilos, desde el Honky Tonk, al Blues, Gospel, americana o la emoción más eléctrica en forma d blues. Sinceramente me quedo con el formato banda completa y está claro que los temas hubieran sonado más potentes, pero es innegable que vivimos momentos brillantes y muy disfrutables, sabiendo llevar la tensión y el show para enganchar a la audiencia.
Como la gran mayoría de artistas, Luke ha aprovechado el confinamiento para componer temas nuevos y adelantó que ya tiene previsto un disco nuevo para otoño. Así mismo, aprovechó y presento un buen puñado de esos temas, incluyendo uno de ellos cantado en castellano que no acabo de funcionar, pero algún otro con toque épico que, si sabe jugar bien la producción del disco, puede darle un plus de calidad a su carrera.
El sonido del teatro permitió que la guitarra fuera cobrando protagonismo, pasando de la delicadez a desarrollos que bebían del Stevie Ray Vaughan más fino. Por otra parte, pudimos comprobar lo bien que le sentó un cantante Soul al dúo, convirtiéndose en trio para uno de los momentos más interesantes de la noche. El final con una pequeña distorsión controlada y el público en píe, dejó evidente las ganas que hay de vivir la música en su formato puro, el directo cara a cara.