«Minx», tu revista amiga

Sin hacer demasiado ruido, sin apenas promo, ya se han emitido 6 (de 10) episodios de «Minx«. Ahí la tienes, en tu APP de HBO Max -sólo VOSE-, y no te habías dado cuenta.

No marcárá el paso de la TV del futuro, ni siquiera se convertirá en tu serie favorita de 2022, pero este entrañable retrato sobre la industria setentera de las revistas cerdas bien merece tu visionado.

Los Ángeles. 1971. Joyce Prigger -muy Diane Keaton ella- es una idealista emprendedora de buena cuna cuyo sueño es lanzar la revista feminista definitiva, la que removerá los cimientos de la sociedad y lo cambiará todo. Sin embargo, los peces gordos del sector editorial no están por la labor. Todos creen que un magazine para mujeres debe contener cosmética, moda, cocina … y no los artículos «enfadados» que propone esa señorita.

¿Dije todos? No, todos no. Ahí está Doug Renetti, capo de Bottom Dollar, responsable de cabeceras como Peras Gigantes o Madres Lactantes, quien le compra la idea a Joyce. Pero con una condición, Minxfresca»), nombre de la revista, llevará la marca de la casa. Contendrá escritos de progresismo radical que liberarán a la mujer americana, sí, pero necesitará un gancho que genere dólares: tíos en pelotas.

La primera revista erótica para mujeres está a punto de nacer. Aunque no lo tendrá fácil. Travas por parte de las autoridades, huelgas de distribuidores, anunciantes que escasean, boicots de los guardianes de la moral … a lo largo de sus capítulos de 30 minutos -duración perfecta- veremos a la redacción de Minx sortear todos los problemas que asaltan a las publicaciones de su perfil.

Aunque aparecen rabos por doquier -si bien, tal como indica una universitaria en uno de los capítulos, «no se se han atrevido a meterlos erectos» … aunque la mayoría de esas pollas flácidas te crearán un complejo, amigo lector-, una colección de falos nunca vistos en la pequeña pantalla, y algunas tetas también, «Minx» es una comedia amable, bienintencionada, con toques picantes pero desprovista de toda suciedad. Y por una vez, sin que sirva de precedente, está bien así.

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