El Covid-19 no solo nos ha obligado a confinarnos en casa, si no que se ha llevado por delante cualquier tipo de concierto que tuviéramos en nuestra más inmediata agenda. En mi caso, el mes de abril suponía un buen momento para disfrutar de un puñado de artistas y bandas, pero no será posible.
En dicho mes tenía dos citas especiales marcadas en el calendario:
Iggy Pop el 5 de abril en Montpellier y Nick Cave and The Bad Seeds el 26 de abril en Barcelona.
El show de la Iguana era especial, se presentaba con una banda de formato Jazz en la primera parte del show presentando su álbum “Free”. Para la segunda parte el formato rock era el que tomaba el poder, añadiendo el plus de que rescataba temas oscuros y poco habituales. A todo esto, debemos sumarle que el show se desarrollaba en un espacio como la Opera de Montpellier.
En el caso del australiano, presentaba “Ghosteen” y las ganas de ver como desarrollaba en directo un disco tan personal, cargado de sufrimiento y con una instrumentación tan específica, eran brutales.
Cave nunca falla y demuestra que sabe llevar a su terreno cualquier propuesta y aunque estemos hablando de un recinto de grandes dimensiones como el Palau Sant Jordi, por mis experiencias anteriores con él, tengo claro que eso no es importante.
En un acto puramente de sadomasoquismo, durante este confinamiento de tele trabajo dos de los discos que sin duda más escucharé serán “Free” de Iggy Pop y “Ghosteen” de Nick Cave and The Bad Seeds, ambos muy personales y que se alejan del ruidismo.
