Morgan – L’Hospitalet de Llobregat 24/03/23 – Sala Salamandra

Al fin, 3 años después, hubo reencuentro con Morgan.

Falté a las dos anteriores paradas de la gira de «The River» en BCN por distintos motivos. Al del Palau de la Música -febrero 2022- no fui por ética: precios desorbitados para una butaca en un templo burgués, no way. No culpo a la banda, pero no es lugar para Morgan. La cita en la Razzmatazz grande apetecía mucho más, pero al caer en Navidades me cogió fuera de la ciudad.

Cuando se anunció fecha en la hospitalenca Salamandra, todo encajaba. Suponía mi quinta vez con los madrileños, por lo que el factor sorpresa, ese que convierte en fan de por vida a todo aquel que ve en vivo a Morgan por primera vez, quedaba atrás.

Pero qué coño, las ganas eran enormes. Por la excelencia de los shows previos y por que «The River and the Stone» me parece un disco fantástico y deseaba presenciar la traslación de esos temas al directo.

Ya sabes, algunas voces acusan a Morgan de tener poco mordiente en estudio, que si suenan demasiado limpios y tal. Para mi gusto, sus plásticos están bien como están, pero cierto es que encima de las tablas aplican un plus de músculo y hormonas que sienta fenomenal a esas canciones.

Y que puedo decir para no repetirme. Para no usar los mismos elogios que se usaron aquí, aquí, aquí o aquí. Digamos que el concierto colmó una expectativas que estaban por las nubes. Posiblemente sea, gracias a una suma de factores -algunos ajenos a la banda-, el show que más he disfrutado de Nina & co.

Su repertorio, picoteando de sus 3 álbumes -esta vez, si los tímpanos no me engañaron, no hubieron versiones-, ya empieza a ser cosa seria. Temas que, gracias a la seguridad que dan los km que llevan a sus espaldas, metamorfosean de forma cada vez más exhuberante.

Ahí está la clave. Encanto personal de su vocalista aparte -que cuenta, y mucho-, son una exquisita batidora musical donde cabe todo lo bueno. Morgan suenan a Allman Brothers, Alicia Keys, The Band, Queens of the Stone Age, Journey, Stevie Wonder, Pink Floyd, Santana … así es, a lo largo del minutaje, en total harmonía, pasan del hard classic rock al R&B de calidad, del prog al folk, del baladismo al disco funk, del gospel al rock alternativo.

De ahí que gusten a tanta gente. MILFS, melenudos, felipes, sibaritas de lo underground … todos nos sentimos en casa en un concierto de Morgan.

Para los iniciados, factores diferenciales respecto mi última vez:

El bajista apicultor (Alejandro Ovejero) ya no está con ellos. Ahora llevan a un tipo que parece un pastor de cabras (Willy Planas). Todo muy agro.

Morgan han incorporado una sexta cara: Gabi Planas. Auténtico hombre orquesta, lo mismo te hace coros, que toca el triángulo, los bongos, la pandereta, las maracas o manipula en sintetizador. Un crack que enriquece un sonido que ya de por sí era de lujo.

Lo de Paco López no es novedad. La labor a las seis cuerdas del miembro más RNR de Morgan, siempre ha sido una maravilla. Pero estubo más inspirado y cálido que nunca en sus sabrosísimos desarrollos instrumentales. Seguramente será fantasía mía, pero cada vez le veo queriendo sonar más a Neal Schon. Habrá que preguntarselo.

Y Nina. Para sorpresa de los sospechosos habituales, está abandonando su espacio de seguridad -el tamburete de su teclado- con mayor asiduidad. Lo que antes era una anécdota obligada por la «escenografía» de «Marry Me», en esta ocasión ocurrió en 3 o 4 temas.

No es que sea una bestia escénica micro en mano, sus movimientos no son los mejores, pero el show gana en dinamismo cuando la vocalista abandona durante unos minutos su rinconcito lateral.

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