Pearl Jam “Gigaton (2020)”.

Nota de aviso para los fans: Este articulo se basa en opiniones y experiencias personales. Lo siento si puede dañar la sensibilidad del fan que traga con todo.

¿Deberían Pearl Jam poner fin a su carrera en 2020? Mi respuesta es un rotundo SI!

Soy seguidor de la banda desde el minuto uno, he invertido mucho tiempo de mi vida y dinero en ellos, siendo correspondido con lo que esperaba. Pero desconecte de ellos a nivel seguidor incansable y sufridor a partir de 1998.

Ni el famoso “aguacate” me lleno 100%, aunque eso si, disfrute varios de sus recientes shows en 2018 como una vuelta a los buenos tiempos, la banda en directo fue imbatible, eso si, el 90% de su set es de la buena época.

En 2019 pude visitar Seattle y los lazos me acercaron todavía más a ellos, la ciudad y los lugares, respiran su música. En el Museum Of Pop Culture pude ver la exposición definitiva de la historia de la banda (PJ Exhibition) y la emoción de estar rodeado de tanta historia me atrapó.

Pero “Gigaton” ha llegado para volver a darte una buena bofetada de realidad, y no demuestra otra cosa, más que volver a pasear un cadáver a que le de el aire. Sigo en mi postura de que el principal motivo de hundimiento de esta banda es permitir que Eddie Vedeer se colgara la guitarra. Allí empezó todo, y esta claro que sobre todo Stone Gossard y Jeff Ament tomaron la postura fácil y equivocada (en mi opinión claro) de ceder el mando de la banda al cantante (hasta 9 temas escribe o coescribe en el nuevo álbum).

Escuchado el nuevo disco, me saltan definitivamente las alarmas y una serie de preguntas que yo mismo me auto respondo):

¿Realmente disfruta un tipo como McCready tocando esos temas? Esta claro que no. Sin duda junto a Cantrell son los Guitar Heros de la escena de Seattle; un tipo que viene del Hardrock y es ultra técnico, no puede de golpe disfrutar simplemente siendo un rasca guitarras. Joder que en la ultima gira su solo era el “Eruption” de Van Halen!

¿Es necesario cargar de teclados casi todos los temas del disco? No. Los teclados no deberían existir en Pearl Jam. El teclista ni debería estar en la banda.

¿Matt Cameron esta desaprovechado? Sí. Un tío que hacía mil loops en Soundgarden y que cuando le dejan cantar en directo escoge “Black Diamond” de Kiss, lo tienes aquí siguiendo un ritmo básico en los mil temas duerme ovejas que pueblan tu nuevo álbum.

Pero bueno, centrémonos en lo bueno del disco, poco pero algo hay. Digamos que empieza bien, más o menos sobre lo esperado. “Who Ever Said” y “Superblood Wolfmoon” son temas rockeros que aunque los podría componer y tocar cualquier chaval de instituto americano en algún rato libre entre clases, mantiene el pulso rockero de inicio.

“Dance of The Clairvoyants” ya la conocimos y que queréis que os diga, pero junto a a ”Quick Scape” son la apuesta más “arriesgada” de la banda y por donde creo que debería haber tomado. La primera por incluir un punto de oscuridad y ramalazos funk, y la segunda por la labor de Ament en darle ese toque grueso Zeppeliano.

Pero a partir de ahí y, solo estamos en el cuarto tema, todo se diluye al empalmar temas reposados, acústicos y diría que rozando el azúcar en muchos casos.

Todo trascurre en algo que entra por tu oído pero que no asocias a calidad, algún ramalazo guitarrero de baja calidad como “Never Destination” que despierta pero que resulta intrascendente.

Desgraciadamente Pearl Jam siguen hundidos y mejor no hablar de la imagen de la banda, que daría para otro artículo.

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