«Piercing», Laia Costa y la ausencia de sexo en Netflix

Netflix no es un buen sitio al que acudir si quieres practicar el onanismo. La oferta de películas para adultos deja mucho que desear -en HBO y Amazon Prime es directamente inexistente-.

Donde se han visto más tetas y culos -y pollas- es en «Love», la cinta del rompe-esquemas Gaspar Noé que dio mucho que hablar en el festival de Sitges con su corrida 3D. Y para más inri, en el momento que escribo estas líneas descubro que la han quitado de la plataforma!

Si te va el sexo lésbico, «Below her Mouth» tiene un puñado de escenas bastante explicitas que cumplirán su función. «Dry Martina» es una comedia argentina, pero el libertinaje de su protagonista aporta el punto picante.

Finalmente, «Newness» -historia de una pareja que decide abrir su relación a terceros- y «Duck Butter» -de nuevo, homosexualidad femenina, pero con revolcones de menor voltaje- tienen contados momentos que te alegrarán la vista.

Y punto. Vistas éstas, te tocará volver a xvideos.com en busca de inspiración.

The Big Splash!

«Newness» y «Duck Butter» comparten protagonista, mi ex-vecina Laia Costa, una de nuestras actrices más internacionales. Esa chica es puro sexo y, afortunadamente, todos lo saben (la industria, el público y ella misma), por lo que en casi todas sus producciones podemos verla en ACCIÓN.

«Foodie Love», la serie que Isabel Coixet ha digirido recientemente para HBO, es un buen ejemplo de ello. No la he visto -ni ganas-, pero cuenta con unas cuantas escenas de alto copete (gracias, ancensored.com!).

Laia y amiga en «Duck Butter»

Laia Costa también forma parte del elenco de «Piercing», la cinta que vimos en casa hace un par de noches.

Sin embargo, en esta cinta su papel no tiene connotaciones eróticas. Su personaje es el de sufrida ama de casa florero y no aporta nada a la causa. Laia -aunque sea fuego- siempre ha tenido un punto angelical, por lo que el papel de prostituta majara experta en sadomasoquismo no se ajustaba a su perfil.

Mia Wasikowska, con su físico ambiguo y morboso, encaja mucho mejor. Todo erotómano de bien recordará la escena de la ducha de «Stoker».

«Piercing» es una puta locura, una pesadilla fruto de una mente enferma como la de Ryu Murakami (el «otro Murakami» -no confundir con el célebre Haruki-, autor de la novela en que se basa la película).

1 hora y 20 minutos de desconcierto, traumas, mutilaciones y mal rato dónde un psicópata novel que quiere debutar con una meretriz verá como los planes se le complican hasta el infinito y más allá.

Por supuesto, nunca encontrarás «Piercing» en Netflix.

Señores del cable, desde Sammy Plays Dirty exigimos secciones «X», ¡pero ya!

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