Pigs Pigs Pigs Pigs Pigs Pigs Pigs – Land Of Sleeper

Diga «Cerdo» siete veces… la flema de la pérfida Albión da nombre a una banda que aúna el lo´fi, el Stoner, el desert rock y el doom de manera apoteósica. Y es que la banda se formó a raíz de un nombre que resultaba lo suficientemente estúpido como para que de ahí pudiera surgir algo grande, entre risas torcidas y aplastantes riffs mastodónticos surgía una banda mayúscula.

Newcastle iba huérfano de ídolos futbolísticos desde que Alan Shearer colgara las botas. Por suerte Pigsx7 llegaron para llenar el agujero que el ariete dejó cuando se retiró allá por 2006. Qué, ¿no os lo creéis? nada más lejos de nuestra intención mentiros, aquí la prueba gráfica.

Bloody Newcastle legends

Pero dejémonos de deportes y vayamos a lo nuestro, a lo serio, a la cuarta descarga que los 5 de Newcastle han protagonizado este año. Después de un glorioso Viscerals de 2020 la banda regresa con todo su poderío Stoner, ínfulas Doom y toques de psychodelia lisérgica arrastrándose por el lado más oscuro de su propuesta. Más sabbathicos que nunca, cargados de intensidad sonora, cada tema preñado con distorsionadísimas ofrendas al dios del riff.

Los temas han ido abandonado los temas monolíticos y descaradamente mántricos de su primer álbum Feed The Rats de 2017 (3 temas para un total de 37 minutos de duración ) que ya acortaron en King Of Cowards (2018) manteniendo un minutaje más amable para todos aquellos que les tira para atrás ver canciones que sobrepasan los diez minutos. Parece que en este nuevo trabajo se prodigan algo más en la vertiente más directa que una banda de esta cosmología puede llegar a ofrecer, vamos a ver…

Nada más arrancar el disco nos golpea de frente y sin miramientos Ultimate Hammer y, como el martillo del poderoso Thor, nos pega el primer viaje. Un violento huracán que arranca con un riff rasgado y una base rítmica que no deja lugar a dudas: la banda sigue en su sino de alta distorsión acústica. Si bien la banda ha endulzado algo la propuesta de sus primeros dos discos el hostión que percute el corte es de aupa. La benevolencia de estos ingleses quiere que la estampida de búfalos que emerge del corte dure poco menos de 5 minutos.

Temas como Terror’s Pillow sigue las enseñanzas de Sleep arrastrando la distorsión hasta niveles de saturación importantes y con la voz de Matt Baty llegando desde las profundidades abisales para acabar en un cuasi latido eléctrico.

Las pulsiones herederas de la banda de Iommi sigue vigentes en Big Rig, otro ejercicio trepidante de sonoridades envueltas en humo negro alucinógeno que satura la atmósfera hasta hacerla masticable como peyote.

Ya veis, la banda parece jugar a todos los clichés del género aunque cada uno de los temas tiene cierta sorna, como hicieran Red Fang en sus clips, Pigsx7 parecen no tomarse demasiado en serio y juegan al despiste amagando con pertenecer a alguna secta oscura portando mostachos carnavalescos. Toda un esputo en la solemnidad que se les pudiera suponer, aunque ya que la elección del nombre mandaban un mensaje claro.

The Weatherman se asemeja a un oasis, un templo que, aunque sacralizado a algún oscuro, arcaico y malévolo dios, permite descansar los sentidos ante la recién pasada avalancha de riffs pesadísimos. Justo al terminar el corte ya se presiente que la tormenta llega de nuevo.

Con Mr. Medecine vuelve la mandanga: distorsión que haría medio fruncir el ceño a Lemmy. Otro tema directo y más acelerado que la media del disco. Potente pero accesible.

Y luego la profundidad: Pipe Down! masca a sorbos todo lo aprendido de Black Sabbath, recreando incluso pasajes vocales (con su propio estilo) cercanos al tema que da nombre al primer álbum de los de Birmingham. Un muro sónico infranqueable se alza ante nosotros espesando el aire y robando todo el aire.

Sleep toma forma en Atlas Stone, que como su nombre indica es una losa del tamaño de la cordillera encima de tus hombros. Todo el lo-fi de antaño remodelado y adaptado para que todos aquellos que reniegan de largos temas fumetas encuentren aquí una excusa para no salir corriendo. Stoner doom amarado de space rock, compras?

La tormenta fuzzera, altamente distorsionada, acaba con un Ball Lighting empapado de guitarras ácidas y psicodélicas. El trip final te lleva como sonámbulo persiguiendo dragones a ritmo de piano en loop en una atmósfera cargada de opio y ensoñaciones.

Si has llegado hasta aquí y no has salido corriendo es que esta mierda es para ti, felicidades! Pigsx7 ha recreado un buen disco que jugando con los clásicos llegan a arder y brillar con luz propia en una pira orgiástica de lo más resultona.

Stoner-desert-doom-psychodelic-acid-rock is not dead, motherfuckers!

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