Segunda entrega de los posts donde ponemos cara a los productores de tus discos favoritos. En breve, más.
Steve Thompson & Michael Barbiero
En la contraportada de un disco suele aparecer lo siguiente: el listado de canciones que contiene el álbum, el código de barras, el nombre del productor y, si acaso, una foto de la banda.
Nuestros protagonistas, en una demostración de poder, lograron añadir un dato poco habitual (generalmente incluido en letra minúscula en el interior del libreto): el nombre de los mezcladores del disco. Mixed by Steve Thompson & Michael Barbiero.
«Appetite for Destruction», «… And Justice For All» (Lars les culpa por ese bajo inaudible, ellos culpan al danés), «Heartbreak Station», «Trash», «Back for the Attack» … vuestra colección hard-rockera cuenta con discos mixed by Steve Thompson & Michael Barbiero, seguro.
Pero ya que este post va sobre productores, comentar que este dúo de fuckers con aspecto de villanos de «Corrupción en Miami» tampoco eran mancos en ese menester. La maravillosa trilogía inicial de Tesla y el descomunal «Four» de Blues Traveler llevan su firma.
Ross Robinson
El tipo que no lleva rastas, el que tiene pinta de ingeniero de Silicon Valley o de psicópata de telefilme, según como lo mires, es Ross Robinson. Junto a Terry Date, el responsable de que el metal (sin el heavy delante) suene a lo que suena hoy en día.
El debut de Korn, el «Roots» de Sepultura, el debut de Soulfly, el debut de Limp Bizkit, el debut de Slipknot … por algo se le llamó el padrino del Nu-Metal. Por cierto, si quieres saber que opinamos del género, pincha aquí. Metido en otros terrenos, suyo es el «Relationship of Command» de At the Drive-In y un par de LP’s de nuestros Berri Txarrak.
Kevin Shirley
El campechano tipo de la camisa blanca que posa junto a Steve Harris de Iron Maiden es Kevin «The Caveman» Shirley, uno de los productores de élite de los últimos 20 años. Parece ser que el «Caveman» es un mote autoimpuesto, pues Shirley se define a sí mismo como un «Neanderthal con pelo largo«.
«Nine Lives» de Aerosmith y «By Your Side» y «Live at the Greek» de The Black Crowes fueron sus primeros trabajos de importancia a finales de los 90’s y le sirvieron de trampolín para entrar en el círculo Maiden. Todos los discos de la doncella de este siglo han sido producidos por Shirley. También se ha encargado de todo lo que ha sacado Journey y de los infinitos lanzamientos de Joe Bonamassa (en solitario y en coalición con otros artistas).
Eso sí, a nivel sentimental me quedo con «Rules» y «Fire For Hire» de Supagroup!
Nick Raskulinecz
Nick Raskulinecz es el mago que sólo por su labor en los dos últimos discos de Rush ya merece pasar a la historia. En buena parte gracias a su labor, los canadienses finalizaron su carrera de forma inmejorable con dos colosos como «Snakes & Arrows» y «Clockwork Angels».
Por si eso no fuera suficiente mérito, Raskulinecz ha sido el arquitecto de la resurrección de Alice in Chains. Todos los trabajos con William DuVall llevan su nombre.
Hombre de moda en la última década, bandas metálicas de todo pelaje han contado con sus servicios en un momento u otro. Todos quieren su disco producido por Nick Raskulinecz: Desde Foo Fighters a Mastodon, pasando por Evanescence, Deftones, Ghost, Rise Against, Korn, Trivium o Halestorm.
Tom Werman
Tom Werman, el barbudo que aparece en la foto junto a Rick Nielsen, además de dedicarse a productor fue el tío que consiguió un contrato para REO Speedwagon, Cheap Trick, Ted Nugent, Molly Hatchet y Boston. !Menudo olfato!
Centrándonos en su labor a los controles, Werman produjo los clásicos setenteros de Nugent, Cheap Trick y Hatchet que todos amamos. Ya en la siguiente década, se especializó en el hair metal, dando forma a súper-ventas como «Stay Hungry» de Twisted Sister, «Tooth and Nail» de Dokken, «Open Up and Say … Ah» de Poison, «Cocked & Loaded» de L.A. Guns o clásicos de culto de esa era como el debut de Junkyard, «Blow my Fuse» de Kix o el «Blackout In The Red Room» de Love/Hate.
Por supuesto, «Shout at the Devil», «Theatre of Pain» y «Girls, Girls, Girls» de Mötley Crüe también llevan su sello. En una entrevista Werman declaró que, dada la incompetencia como músicos de los tipos de Crüe, grabar «Shout at the Devil» fue todo un reto.
