¿Que fue del Action Rock?

¿Te dejaste el flequillo para parecerte a Dregen?

¿Llevabas gorra hasta en la ducha como Nicke Royale?

¿Te llenaste de tatuajes de colores?

¿Llevabas la chupa de cuero ajustada y un parche con la bandera de Suecia?

Yo sí a todo.

Pero no fui el único.                                      

Entre finales de los noventa y principios de los 2000, surgieron una serie de bandas que estuvieron cerca de encandilar al mundo entero, todas ellas provenientes del norte de Europa.

Tenían un sonido muy particular:  melodías de rock más aceleradas que en el Hard Rock, pero algo menos primitivas que en el punk 77’. Guitarras garajeras, solos distorsionados y canciones rápidas con estribillos molones.

Yo, obsesionado con este estilo, no sabía que contestar cuando me preguntaban que música me gustaba.

Mi respuesta siempre era PunkRock Escandinavo. Era lo más acertado, ya que si contestaba “Punkrock” a secas, lo primero que se les venía a la cabeza era el Punk californiano del patinete, no el de los solos con guitarras por las rodillas y micros en alto.

La prensa de la época -la antigua de papel, no la de la pantalla del iPhone- les daba mucho bombo y les dedicaba portadas en cada número, siempre entre llamas y zapatillas Converse.  

En estas revistas era habitual leer adjetivos como ”fuel injection action rock” o ”high energy rock n roll”.

Parece mentira, pero en esa época esta ola de grupos era la esperanza del Rock: muchos pensaban que serían una evolución del “sleazy“ angelino y que tendrían su misma popularidad, algo que jamás ocurrió.

El movimiento se desinfló poco a poco y hoy ninguno de ellos saca música nueva: se centran en hacer conciertos para nostálgicos.

Hubo muchísimos grupos de mayor o menos éxito, pero recuerda a los principales:

Backyard Babies

Su popularidad después del disco Total 13 llegó a ser tal que cualquiera con el que hablaras aseguraba haber estado en su concierto de Mephisto en 1998 -aunque fuera mentira.

Era una forma de elevar tu estatus de Rocker y mostrar que tú los seguías antes de que fueran populares.

Yo no estuve, pero me quedé alucinado viéndolos de teloneros de AC/DC en el año 2000 y en el Razz 2 en la gira de «Making enemies is good«.

Dregen, -que estuvo a punto de morir en el Tsunami de Tailandia de 2004- siempre ha tenido tirón.  Hizo un buen papel con Michael Monroe, aunque su posterior disco en solitario no resultó del todo memorable.

Nicke Borg, su cantante, después de serios problemas con las drogas, transformó su estilo de vida: ahora cita versos de la biblia y toma batidos de proteína en Instagram.

A partir de 2002 la popularidad del grupo empezó a decaer, pero siguen siendo capaces de llenar la sala Bikini para que podamos pasárnoslo bien recordando los viejos temas del Total 13.

Gluecifer

Gluecifer siempre han tenido mi respeto. Más punk que rock en sus inicios -con su tremendo debut “Riding the Tiger”-, siempre han sido muy queridos en España y se lo han currado para volver a menudo.

Si te paras a analizar toda su discografía, no hay un disco malo: el último antes de la separación fue “Automatic Thrill”, con un sonido Rock menos agresivo que los anteriores pero lleno de temazos.

Hace poco más de un año decidieron volver, quizás a partir del pseudofracaso de Captain Poon con Bloodlights y de un Biff Malibu aburrido: según el cantante, estaba cansado de su negocio de venta de chaquetas de piel falsas en Noruega(!?).

Los conciertos de reunión han sido todo un éxito también fuera de su país de origen, especialmente en España y Alemania, y han sonado como si no hubiera pasado el tiempo.

Ojalá que sigan.

El carismático Biff Malibu se desnudó en su concierto de despedida en la sala Mephisto de Barcelona, año 2005.

Turbonegro

Un grupo único. Eran capaces de meter a diez mil punk-hard rockers en festivales de heavy metal coreando canciones sobre marineros homosexuales y pizzas.

Los problemas con la heroína de su cantante obligaron al grupo a deshacerse de él y mandarlo a la remota isla Noruega de Lofoten a rehabilitarse durante años. En una entrevista de 2010 dijo que lo salvó la cientología.

Por desgracia para el grupo, el carisma de Von Helvete es irremplazable y Turbonegro no ha vuelto a tener la misma tirada.

A pesar de todo, tienen discos que han envejecido muy bien: ponte un whiskey mientras pinchas el ”Apocalypse Dudes” y no podrás resistir la tentación de darle una buena paliza a tu mujer -o de que te la dé ella.

Hank superó 24 años de adicción a la heroína gracias a la cientología.

The Hellacopters

En 2013, su guitarrista ”Strings” decía sufrir serios problemas económicos después de la separación del grupo.

Llegó a trabajar de camarero, profe de guardería o cocinero en el norte Noruega(!!), además de sacar algún disco de rock and roll cantado en sueco.

Por desgracia falleció en 2017, ahogado en su bañera durante un ataque de epilepsia.

Con la acertada vuelta de Dregen al grupo, los ”Hella” están disfrutando de un increíble revival, agotando entradas rápidamente en salas que nunca antes llenaron.

Los Hellacoptes cuando más molaban.

Los Hellacopters de ahora, hay que admitirlo, suenan mejor que nunca.

Pero me perdieron como fan hace tiempo, con discos tan descafeinados como ”Rock & Roll is dead” en 2005 o ”Head off” en 2008.

Aun así, aciertan al limitarse a vivir del pasado: no hay temas nuevos, seguramente a sabiendas de que lo que te hace ilusión es volver a escuchar en directo los temas más tralleros de “Supershitty to the max y “Payin the Dues´” o las melodías más memorables de “Grande Rock” o “High Visibility”.

Que sigan las llamas y las gorras.

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