Esta pandilla de Portland te trae su nueva locura en forma de álbum y te deja sin respiración, básicamente porque durante su escucha no te da tregua. Un viaje rápido, lleno de fatalidad, maniáticos, cuero, guadañas y muerte. Todo bien cargado de guitarras y una base rítmica que se basa en el Heavy metal clásico, el desierto, las alcantarillas del Doom o la explosión de la vertiente más bruta de Seattle.
La intro “Streets Of Death”, te la podrías encontrar en cualquier disco de Dio, y sirve para generar la intriga necesaria antes de atraparte la velocidad en forma de riffs afilados como una bofetada en la cara. Basta con pegar un vistazo a los títulos de sus temas para hacerte una idea de la imaginería de la banda, “Nightmare”, “One Foot In The Grave”, Dead of the Night” o Judgement Night”, cargados de personajes y correrías entre las tinieblas.
La evolución de un concepto más básico de la banda de hace unos años en relación a este álbum es evidente, pasando de rendir tributo a un género y una estética en sus composiciones, a darles otro enfoque sin perder las influencias, pero con más personalidad. Sus gira con Electric Wizard y Red Fang por USA, así como la aventura por tierras de la NWOBHM les ha sentado muy bien.