«Raised by Wolves», what a shame!

Como me consta que miembros del staff están siguiendo «Raised by Wolves» a ritmo semanal a través del canal TNT, no entraré en demasiados detalles.

A modo de aviso para navegantes, sólo destacar que esta serie ha logrado algo bastante inusual.

Existen grandes shows que nos dejaron obnubilados en sus primeras temporadas y que terminaron convertidas en aunténticos pestiños al estirar demasiado el chicle.

Sin estrujarme demasiado las neuronas, recuerdo el ejemplo de «Dexter», impecable en sus 4 primeras temporadas, para pasar de floja a basura a medida que transcurrieron las restantes. Por cierto, se acaba de anunciar que el psicópata de Miami tendrá una novena y última temporada en 2021 en la que el «showrunner» de la etapa dorada volverá a tomar las riendas para, según sus propias palabras, «hacer las cosas bien«.

Otro muestra palmaria sería «El Cuento de la Criada». Pero en este caso el problema es evidente: la alucinante primera temporada se basa a pies juntillas en el clásico libro de Margaret Atwood de 1985, mientras que las putapénicas entregas posteriores han salido del mediocre cerebelo de guionistas de medio pelo.

Pero lo de «Raised by Wolves» va más allá. Lo que otras series han tardado años, ¡ésta lo consigue en 10 capítulos!

Pasa de deslumbrar en sus 3 primeros capítulos, en los que llegas a creer que estás viendo un nuevo hito televisivo -lo que te lleva a recomendarla de forma obsesiva a tus allegados- a generar tedio en su fase central -especialmente insoportables las «matrimoniadas» entre los dos androides- para desembocar en la vergüenza ajena total con unos capítulos finales que, por cuya trama sin pies ni cabeza y sus FX de saldo, sitúan esta obra de Ridley Scott más cerca de «Sharknado» que de «Blade Runner».

La degeneración es tal que mi valoración ha ido evolucionando del 9,5/10 al 2/10. Una lástima.

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