Ravagers – Barcelona 23/04/2023 – Sala Butyklan

El reciente show de Ravagers en Barcelona fue uno de esos que no se olvidan. Pasarán los años y el «¿Te acuerdas del concierto de Ravagers en Butyklan?» seguido de una carcajada seguirá presente en nuestras batallitas de viejos rockeros.

¿Quieres saber el porqué? Ahí van los factores que provocaron que el evento ya sea parte de la mitología local:

Para empezar, seguramente haya sido la actuación peor promocionada que recuerde. Cuando tus amigos de instituto daban un concierto, se comunicaban mejor.

Que no pudieras comprar las entradas de forma anticipada online tampoco es importante, pero ya era un síntoma de DIY o dejadez, según lo mires.

Pero es que era el día del concierto y no había información fidedigna de los horarios. En las redes sociales de Butyklan, la sala que lo acogía, no había ni rastro del mismo, no existía. Y los promotores … ¿habían promotores?

Salvo la fecha barcelona, la gira española estaba dirigida por la buena gente de El Beasto. Nuestro concierto, imagino que lo montó algún punk de la ciudad con ganas de marcha. De ahí el caos organizativo, pero supongo que también el irrisorio precio del ticket: 7€ … con cerveza incluida en el precio!

Pon que pasáramos por taquilla unas 30 personas. 7€ x 30 = 210€. Teniendo ese dato en cuenta, ¿cuanto cobraron Ravagers por su actuación? ¿Unos gramos de farlopa? No hace falta ser un mago de las finanzas para darse cuenta de que los números no cuadran, pero no haremos más preguntas, señoría!

Butyklan. Ese antro llega a estar en Poble Nou o en el Gótico en los años 90 y se hubiese convertido en mi segundo hogar. Tenemos un CBGB al lado del Camp Nou desde hace décadas y nadie se había enterado. En serio, ese sótano es de lo más auténtico que jamás haya pisado.

¿Reúne los requisitos para dar un show en condiciones? Por descontado, el garito no cuenta con camerinos, así que antes y después del show veías deambular a los músicos, desorientados, por los alrededores. Pero las Ratas de Baltimore habrán lidiado en peores plazas. Además, Rocksound tampoco tenía camerino y todas las bandas amaban Rocksound.

La ubicación del escenario, en el hueco de las escaleras, tampoco es la más cómoda para una banda. El batería, por ejemplo, encajonadísimo, tenía que acceder a su instrumento agachado para no romperse la crisma.

Pero lo jodido de verdad fue el tema técnico. Curiosamente -suele pasar-, los teloneros sonaron bien. Sin embargo, fue subirse Ravagers a las tablas y empezar a fallar todo. Micros que se silenciaban constantemente -dejando al pobre Alex Hagen en modo mimo-, acoples demenciales … un cachondeo. Así no se puede, pero los tipos no tiraron la toalla y eso les honra.

Pasados 4 o 5 temas el desastre sonoro apaciguó y pudimos disfrutar como es debido de su glam/punk, que recuerda a grandes nombres del género como D-Generation o Turbonegro. 25 minutillos donde todo encajó: sonido, actitud de la banda y entrega del juguetón público.

Y cuando todo iba como un reloj, cuando llevaban 3/4 de hora de accidentado recital, cuando iban a atacar bises, el ex-Biters Matt Gabs se bajó del escenario ante la mirada incrédula de sus compañeros. Los demás querían seguir tocando, pero ante el desplante del guitarrista, que se notaba que estaba hasta la polla de todo, el telón se bajó abruptamente.

Si al día siguiente se llega a anunciar la separación de la banda o se denuncia la desaparición del quemadísimo Gabs, no nos hubiese extrañado. 27 shows en 29 días pueden con cualquiera, más a partir de cierta edad.

PD. Parece ser que la cosa no implosionó y completaron las 5 fechas hispanas restantes con normalidad. ¡Tipos duros!

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