Estoy escribiendo el post que nunca querría escribir.
Soy un loco del deporte en general y del baloncesto americano en particular, y me he quedado helado al enterarme de la muerte de The Black Mamba.
Un auténtico killer en la cancha, un modelo a seguir de trabajo duro y de ambición que me motivaba a perseguir mis propios sueños.
El ejemplo definitivo de alguien que no malgastó su talento. Lo supo combinar con esfuerzo infinito para conseguir todo lo que se propuso.
No voy a recitar todos sus galardones en el baloncesto porque necesitaríamos 90 páginas y los vas a oír cada vez que pongas la televisión.
Simplemente decir que recogió el testigo de Jordan y estuvo a la altura, fue un ganador incansable e imparable.
Con él se va su hija de 13 años en un trágico accidente de helicóptero.
Para los que os la pela el baloncesto, solo decir que la magia de Kobe llegó a muchas más personas fuera del deporte incluidas las del mundo del Rock.
Después de retirarse en 2016, supo adaptarse: Abrió su propia academia de baloncesto -The Mamba Academy- , escribió su biografía así como un libro para niños e incluso ganó un Oscar con el corto sobre su vida llamado ”Dear Basketball”.
Os dejo con algunas reacciones a su muerte.
KOBE, you will always inspire me.
