Requiem for Mark Lanegan

Mark Lanegan nos ha dejado. De una manera u otra, se trata de un artista que ha marcado a buena parte del staff de esta casa. Ahí van nuestros recuerdos asociados a uno de los grandes de Seattle.

PD. Gracias a if4was6 por cedernos el dibujo que ilustra el post. La estrellas que decoraban las manos de Lanegan han vuelto al cielo.

by OscarFS

Artista muy personal, con una actitud propia, de los que hacen lo que les da la gana y fuera de encorsetamientos, arisco, distante, impasible, químico, melancólico y luminoso a la vez, pero, sobre todo, con una voz capaz de amoldarla de forma perfecta donde decía ponerla. Ya fuera en formato banda, en colaboraciones con otros artistas o en solitario, el sello de identidad rasposo de Lanegan allí estaba y lo mejor, para bien o para mal, todo el mundo era capaz de reconocerlo.

Si, tiró la vista atrás, me encuentro con un artista que me ha acompañado toda mi vida, ya sea en el aspecto de sus grabaciones o en la multitud e veces que lo he visto en directo. Curiosamente, tanto el primer show como el último que presencie de Lanegan, serán recordados, el primero por su carácter de mítico en la sala Garatge a finales de la década de los 90’s y el último ya en 2019 cuando por problemas de sonido decidió dejarnos a mitad del show.

Mientras tanto, en esos 20 años he podido ver a Lanegan en la práctica mayoría de salas de mi ciudad (Barcelona) en solitario, acompañando a Queens Of The Stone Age, en una gira ya legendaria, con Soulsavers en unos shows en festivales y salas y en algunos que abrían para Depeche Mode y que tengo especial cariño, con Greg Dulli como The Gutter Twins y en unos muy emotivos por el contraste junto a Isobel Campbell o la versión más oscura junto a Duke Garwood.

Musicalmente siempre me he acercado a todos y cada uno de sus proyectos, ya sea con su banda madre o en sus múltiples colaboraciones, donde no tenía problema en adaptarse a las sonoridades del artista que le había llamado para colaborar. Así es como pudimos escuchar al Lanegan que quiso experimentar y sin temor a embarcarse por ejemplo en proyectos de más carácter electrónico como UNKLE, Moby, Mode Selektor.

 Es en la colaboración con UNKLE donde encuentro a un Lanegan fuera de cerrarse y donde mejor desarrolla su voz, me quedo con este tema “Another Day Out”.   

by Txema

Otro artista de Seattle que cae antes de tiempo, Lo primero que me viene a la cabeza al enterarme de su muerte es la primera vez que lo oí cantar, en el programa de Pérez Brian de Radio 3 , algún finde de los 90s.

Sonaba regularmente » Nearly Lost You» de Screaming Trees, tema que me hizo fan inmediatamente de la banda. Si bien es verdad que le perdí la pista en sus últimos discos más indies y electrónico, respeto eterno por sus discos con los Trees y sus cuatro primeros discos. Hasta siempre Mark.

by Le Punko

La noticia de la muerte de Lanegan me pilló con el pie cambiado. No lo esperaba. Sabía que había estado jodido con el tema de las drogas y se hablaba de sus dolencias a raíz de haber contraído Covid, pero no lo esperaba. También es cierto que me había distanciado un poco de su obra en los últimos años, pero también lo es que «Sweet Oblivion», «Uncle Anesthesia» y «Dust» me dejaron arrasado.

Sin hablar de lo que supuso el «Songs for the Deaf» y sus aportaciones en «Lullabies To Paralyze» (Long and slow Goodbye, This Lullaby,…) de QOTSA. Son muchos los temas que me vienen a la cabeza, pero me quedo con el más nostálgico de todos ellos: «Witness». El séptimo tema del disco de 1996, «Dust» es una puerta dimensional a otra época, seres y estares. Una época acojonante dónde te podías regocijar en tus penas y alegrías abrazado a la voz rasposa de Lanegan que acto seguido y siguiendo el tracklist del disco te vapuleaba con otra dimensión vocal: «Traveler» (este corte me ha evocado siempre al libro «El Vagabundo de las Estrellas») y, esa dupla de canciones definía para mí la grandiosidad de la banda y de Mark.

Más allá de eso, descubrir que los estelares Cult Of Luna eran también fans acérrimos y consiguieron que cantase un tema en su Ep de 2021, «The Raging River», hizo que mi interés por el cantante se viera revitalizada.

Sí, me quedo con «Witness», pero para después pinchar «Traveler» y acto seguido «You Only Live Twice» (de nuevo mi amigo Alex me señala caminos interesantes) del álbum de 2013, «Imitations». Maravillosa, como lo era la voz de Mark.

by Sammy

Leo los textos de mis compañeros antes de empezar con el mío -ventajas de ser el jefe- y dio cuenta que, y no por poco, soy el menos fan de Mark Lanegan de todos los que participamos en este post.

Sin ser un seguidor extremo ni completista, soy amante de la discografía 90’s de Screaming Trees y aprecio su aportación en los buenos -y ya casi viejos- discos de Queens of the Stone Age.

Pero me temo que mi conocimiento de la carrera de nuestro hombre termina ahí. Es decir, como lector obseso de prensa rockera he estado al tanto de todos sus pasos fuera de la banda de los hermanos Conner, pero no le ha dado al play a ninguno de sus trabajos. Ni siquiera a su primera etapa en solitario, la que, a priori, encaja mejor con mis gustos.

Fíjate tú que tontería, pero mi sentido arácnido siempre me dijo un proyecto de Lanegan me iba a aburrir. Eso sí, aunque no me acercara a su música, lo que nunca perdí es el respeto hacia su enorme figura. No sólo yo, sino cualquiera mínimamente interesado en la música, era consciente de su halo, de la importancia de Mark Lanegan. Una especie de Tom Waits de nuestra generación.

¿Lo vi en directo? Sí, pero no. Estuve en en el caótico show de QOTSA en Razz2 que propició la expulsión de Nick Oliveri, pero su papel era muy secundario. Y su actuación como telonero de Guns N’ Roses -Duff debe estar muy jodido por la pérdida- en San Mamés fue un peñazo enorme, pero está clarísimo que un concierto de estadio no era el lugar adecuado para citarme con Mark. Me quedará la espina de no haberle tenido a dos palmos en un pequeño club.

Ante lo expuesto, lo normal sería que os pinchase mi tema favorito de Screaming Trees -quizás «Gospel Plow»-, pero mis compinches ya han acudido a la banda madre, así que me decantaré por este picoteo esporádico y casual que hice a su coalición con Isobel Campbell. No sé como llegué a «You Won’t Let Me Down Again», supongo que fue gracias a algún algoritmo, y no he escuchado ni el resto del disco («Hawk») ni nada más del dúo, pero esta canción me flipa, colegas.

Es escucharla y mi sucia mente me traslada al acto a una cabaña sita en las orillas de un mierdoso pantano sureño. Ahí está Mark, cinturón en mano, enajenado, empapado en sudor y alcohol, sermoneando a Isobel -quien acaba de volver a casa en lamentable estado tras su enésima escapada con los crápulas de la ciudad- antes de darle su merecido. No me decepcionarás de nuevo.

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