Ron Jeremy, la polla más trabajadora del show business

Este post, dividido en tres entregas, fue publicado originalmente en julio de 2008 en el viejo http://sammyplaysdirty.blogspot.com/.

Modestia aparte, como considero que me quedó un artículo cojonudo -y para que engañarnos, en pleno agosto la creatividad se resiente-, he creído conveniente rescatarlo del pozo del olvido.

Este texto es largo, muy largo, como la polla de Ron, pero te garantizo muchas pulgadas de diversión si lo lees entero.

Damas y caballeros, Ron Jeremy:

Siguiendo los consejos de Sergio Crime, hace unos meses decidí adquirir vía e-bay la autobiográfia del actor porno más carismatico de todos los tiempos: «Ron Jeremy, The hardest (working) man in showbiz». Menuda compra amigos. A pesar del inconveniente que supone leer en inglés, me lo pasé en grande con las aventuras del bueno de Ron. Puro entertainment. Así que os propongo que hagamos un repaso a los momentos estelares de la vida de Ron el Puercoespín.

Ron J. (de Jeremy) Hyatt, nació en 1953 en el seno de una familia judía de clase media de New York. Desde bien pequeño tuvo dos cosas claras: quería ser actor y le gustaban mucho las chicas. Precisamente, fueron las primeras novietas quienes advertieron a un ingenuo Ron teenager sobre la anormalidad de su miembro. Con sus 25 centímetros, poseía una tranca de primera.

Animado por una de las chicas, y medio en coña, decidió mandar una foto posando desnudo a la sección de contactos de Playgirl. Pagaban un dinerillo y, quien sabe, quizá los cazatalentos de Hollywood ojeaban la revista! Pero Ronnie cometió una imprudencia. Se identificó como R.Hyatt, residente en Queens. Sus datos reales.

Nada más publicarse la revista, multitud de féminas, deseosas de contactar con semejante adonis, empezaron a chequear el listin telefónico de Queens. Y bingo! Sólo que el R.Hyatt de la guía era Rose Hyatt, la abuela de Ron. Imaginad la cara de la pobre señora al oir los recados obscenos que le dejaban las viciosas de turno.
Su padre, que al principio montó en cólera, acabó dando el beneplácito a las aficiones de su hijo. Con una sóla condición: jamás usaría de nuevo el apellido Hyatt. La carrera de Ron Jeremy acababa de empezar.

A finales de los 70, tras el inesperado éxito del affaire Playgirl, Ron logró facilmente los contactos adecuados para introducirse en la incipiente industria del cine para adultos. Es la era de grandes estrellas como John HolmesHarry ReemsLinda Lovelace o Marilyn Chambers. Maravillosa época muy bien recreada en la peli «Boggie Nights». De sus primeros años en el porno me han hecho especial gracia tres anécdotas:

La primera versa sobre su apodo, «The Hedgehog», el puercoespín. Tras llegar a un set de rodaje situado en las montañas californianas, en medio de un temporal de nieve, enfundado en sus mejores bermudas, conduciendo una moto y a punto de morir congelado («coño!!! no decían que el sol siempre brilla en California???«), Ron se merecía una ducha bien calentita. Al salir del baño, todo el mundo empezó a descojonarse: por el contraste de temperaturas tenía la piel color rosa y se le había erizado todo su abundante vello corporal. El puercospín había nacido! Aunque al principio no le hizo puta gracia, pronto cambió de opinión. El apodo tenía gancho comercial (!!).

La segunda nos sitúa en su primer día de rodaje. Con los nervios del principiante, y al oir el clásico «acción!!», Jeremy no trempaba. Así de claro. Cabreado el director y desconsolado Ronnie, le mandaron al cuarto de las fluffers (chicas cuya misión era poner a tono a los actores masculinos a base de felaciones). Hasta que no tuviese el pene erecto, no pisaría el plató de nuevo. Pero ni con mamadas, no había manera. Tendría que buscarse otro trabajo. Como último recurso, le pidió permiso a una fluffer para practicarle un cunnilingus. Ésta, extrañada, accedió y…FUNCIONÓ!!! Usando las palabras del propio Ron «Bajé a trompicones las escaleras, hinché mis pulmones y, con el rabo agitandose al viento como un péndulo, grité: Que rueden las camaras, que rueden!!! A lo largo de su carrera, en momentos de tensión, siempre ha usado ese truquillo. Infalible.

Otro momento cachondo es cuando explica como inició, sin querer, una de las leyendas urbanas más populares del mundillo porno. Siendo como era un maestro de las corridas generosas, un buen día se le acercó un novato y le interrogó acerca de su secreto. «Para eyacular como un geiser, toma sopa de pollo antes de la escena, no falla» le soltó en broma nuestra pornstar favorita. Ron reconoce que su método simplemente consiste en no eyacular durante los días previos al rodaje. Lógico. Pero el chaval se lo tomó en serio!! Agradecido, se dedicó a compartir la fórmula mágica con sus compañeros de profesión. Pues en pleno 2.008 todavía te encuentras a actores que deambulan por los sets de rodaje con un bol de sopa de pollo en las manos!

Los 80 fueron su gran década. Completamente hiperactivo, Ron Jeremy se las ingenió para compaginar el reinado en la industria del porno con sus otras grandes aficiones: la comedia, los clubs de intercambio de parejas, la gastronomia y las juergas con famosos. Pero vayamos por partes.

Ron se ganó a pulso el status de superestrella del cine X. De acuerdo, tuvo la fortuna de caer simpático. Era un tipo regordete, peludo y feo que se las ingeniaba para follar con starlettes de ensueño. Miles de yankees consumidores de porno se sentían identificados con su nuevo héroe. (Incluso Axl Rose confesó haber pasado innumerables veladas frente a la tv al grito de «Go Ronnie go!!!«).

Pero Jeremy, a parte de contar, claro está, con la ventaja de un pene imponente, era un trabajador incansable. Rodó centenares de pelis en pocos años. Los directores siempre podían contar con Ronnie. Y además, tenía un as en la manga: era capaz de practicarse autofelaciones! Era un asunto privado, del que sólo eran testigo algunas afortunadas amiguitas, pero un avispado director, al enterarse del rumor, le rogó una pequeña demostración ante las cámaras. Ron accedió a regañadientes. Todo iba más o menos bien, hasta que el director le sugirió la posibilidad de correrse en su propia cara! No way! Obviamente, nuestro protagonista no aceptó la descabellada propuesta y dejó claro que NUNCA JAMÁS se la chuparía de nuevo en un film… bueno, al final fueron 8 películillas más, pero palabra de Ron Jeremy que no volverá a suceder!

Pero no, en los 80’s no todo fueron alegrías para la industria del cine adulto. Aprovechando una ley antiprostitución promulgada en 1982, la fiscalía de Los Angeles tuvo la absurda idea de equiparar el cine porno a la prostitución, catalogando a los productores de proxenetas. Pronto esta medida se expandió a toda California, lo que llevó a la clandestinidad a toda la industria. Por supuesto, se continuaron rodando películas, pero la discreción era extrema y la localización de los rodajes, un secreto.

El cine X norteamericano estuvo en jaque hasta que, en 1988, el tribunal constitucional del estado desestimó cualquier vinculación del cine para adultos con la explotación sexual. Hasta entonces, muchos desgraciados dieron con sus huesos en la carcel. Ron no se libró. Esta es su experiencia en chirona: «Mientras mi abogado negociaba la fianza, me confinaron en la celda de los agresores sexuales. Pasé horas rodeado de violadores y pederastas. Aluciné cuando vi a un tipo masturbándose sentado en el retrete de la celda en la posición del yoga. Por si era poco, uno de los pervertidos me reconoció. «¿Eres Ron Jeremy, verdad?», preguntó el recluso en voz alta. «¿El tío gordo con bigote?» -dije disimulando mi voz real- «No, no. Siempre me confunden con él, que divertido, eh». El tipo no pareció muy convencido, los presos empezaron a inquietarse y el loco del yoga empezó a recitar diálogos de mis pelis mientras se la seguía cascando!!! Al cabo de unas interminables horas, me trasladaron a la celda de los borrachos y los carterístas. Que alivio! Me pasé la noche contándo batallitas de mis rodajes, firmé autógrafos y no les di mi teléfono por que no me lo pidieron.»

Durante una buena temporada, Ron Jeremy invirtió gran parte de su tiempo libre en los clubs de swingers de New York, especialmente en Plato’s. Popular antro de intercambio de parejas que prometía una vuelta a «la gloria de la antigua Roma«, podía reunir en una noche a más de 600 parejas dispuestas a todo.

Cuenta The Hedgehog que fue precisamente en este club neoyorquino donde empezó a rendir tributo a lo grande a otra de sus pasiones, la comida. Progresivamente, las bacanes sexuales pasaron a segundo plano en favor del fabuloso buffet libre que ofrecía Plato’s a sus invitados. Tal com habeis visto en las fotos de más arriba, Ron debutó en el cine X con un físico atractivo. Un tipo delgado y apuesto. Pero en pocos años, fruto de su gula, su figura se fue deformando hasta transformarlo en el simpatico gordito que todos conocemos.

El Dr. Jeremy, en una lección de amor al prójimo, nos ofrece el consejo definitivo para todo pretendiente a swinger: «Como alternativa al preservativo, si quieres mantenerte limpio de enfermedades, debes seguir el siguiente método: 1. Después de la relación sexual, agita tu pene con todas tus energias. De está manera expulsarás a los gérmenes que tengas en la uretra. Mírate la punta del rabo, si de ahí ya no sale nada, puedes pasar al siguiente paso. 2. Mete la polla en la pica y lávala a conciencia con agua caliente y jabón, que quede bien limpia. 3. Pégate una meadita, expulsarás todo lo malo que pudiese quedar dentro». Gracias Ron, esta noche jubilo a mis condones!

A lo largo del libro, las sugerencias del maestro van cayendo una tras otra. Especialmente útiles resultan sus indicaciones para disfrutar del sexo anal sin tener sorpresas desagradables. Nunca penetreis el culito de una chica recién cenada que cabalga encima vuestro!

Ya en los años 90, Ron Jeremy, sin abandonar nunca su puesto delante de las cámaras, nos asombró con su fino olfato para los negocios. Es el responsable de la película X más alquilada en los videoclubs americanos de la década, «Frankenpenis». Todos conoceis la peculiar historia de John Wayne Bobbit y su adorable esposa Lorena: tras otra de sus habituales peleas conyugales, Lorena cortó el pene de su marido con unas tijeras, se lo metió en el bolso y salió de casa. Tras conducir varios kilometros por la autopista, decidió lanzar la polla por la ventanilla. Por fortuna para John, el miembro fue recuperado y se le pudo reimplantar milagrosamente.

Un avispado Ron enseguida lo tuvo claro. América entera pagaría lo que fuera para ver el resultado de la famosa operación, así que convenció a John para protagonizar un film porno. No fue un rodaje fácil. El rabo de Bobbit era amorfo, sufría de intensos dolores y tenía grandes problemas para mantener algo parecido a una erección. Tras elevadas dosis de paciencia y painkillers, «Frankenpenis», cuyo argumento podeis imaginarfue puesta a la venta en 1996 y supuso un éxito instantáneo. Jeremy intentó repetir la jugada con Divine Brown, prostituta autora de la mamada que le costó a Hugh Grant su relación con Liz Hurley, pero la acogida de la peli de turno fue modestaNo siempre suena la flauta, Ronnie.

Aunque los capos Hollywood suelen vetar la presencia de Ron en películas convencionales, nuestro protagonista ha sido contratado como consultor experto en numerosos films con escenas eróticas. Sus recomendaciones fueron escuchadas durante el rodaje de «Nueve semanas y media» y fue asesor del director Paul Thomas Anderson en la creación de «Boogie Nights», quien exigió a sus actores fueran visitando por turnos el plató donde Ronnie estaba dirigiendo un film. Así se harían una idea de como eran realmente los rodajes X.

Todo fue como la seda, hasta que le tocó el turno a la pizpireta Heather Graham (la adorable roller girl en «B.Nights»)Tras abrir su agenda, Jeremy vió, horrorizado, que ese día no tocaba dirigir. Actuaba! Y encima era una escena anal! Imaginad a la pobre Heather, a dos metros de El Puercospín en plena faenaobligada por P.T. Anderson a disfrutar del show completo. Cuenta un divertido Ron que la pobre chica no se atrevió a mirarle a la cara en la gala del estreno de «Boogie Nights». Seguro que aún le duraban las pesadillas!!!

No quería finalizar este especial sin destacar la faceta rockera de nuestro héroe. Ronnie ama el rock n’ roll! Habitual de la escena angelina de los 80’s, ha sido compañero de juergas y ha compartido chicas con multitud de estrellas del calibre de Guns n’ RosesMotley CruePoison y Kid Rock.

Un yehaaa! por Ron Jeremy, el hombre al que París Hilton le enseñó las tetas en un wc de 2 metros cuadrados.

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