Sarah Shook & The Disarmers – Barcelona 11-09-22 – Sala Téxtil

Como me apuntaba un parroquiano, Sarah Shook no cuenta con una garganta portentosa, pero lo compensa de sobras con la garra con la que ataca sus temas. Así es, la menuda outlaw no tiene la voz más bonita, pero en intensidad pocos le ganan.

Precisamente ese espíritu punk y malcarado -incluso en los temas más genuinamente country-, que siempre estuvo presente en su show dominical barcelonés, es uno de los atractivos de su propuesta.

En un par de previas que leí adjetivaban a Sarah de «iracunda» y compro la definición. Más ahora que ha sacrificado su lacia melena rubia de toda la vida en favor de un agresivo y decolorado mullet redneck.

Cualquiera le tose cuando nuestra anti-rodeo queen aparcó la guitarra y, micro en mano, escupió con rabia las estrofas de «Been Lovin’ You» mientras deambulaba por las tablas, un poco a lo Dave Roach de Junkyard en el Serie Z de 2003.

Pero sin vino, que Sarah ha dejado el alcohol tras años de abusos.

Seguramente Shook le daba la botella para vencer su timidez e inseguridades varias. Y ahora que no tiene el comodín de la priva, todavía le cuesta un poco entrar en calor. No estuve en su anterior visita a Rocksound y desconozco si fue un huracán desde el minuto uno, pero en la Textil fue necesario que cayeran media docena de temas para que el telón de acero entre escenario y público terminara de romperse.

Hasta entonces se había instaurado un régimen ramoniano y, distante ella, no había caído ni un «buenas noches». Trascurrido ese punto, todo fluyó y la comunión con el respetable fue in crecendo hasta el final del recital.

¿Country? ¿Punk? ¿Rock? Sarah y sus Desarmers reparten cera para todos los gustos.

Desde temas puro line-dance como «No Mistakes» hasta trallazos punk como la citada «Been Lovin’ You», pasando por baladas de saloon como «Dwight Yoakam» o «If It’s Poison» o medios tiempos de despiporre guitarrero a lo Crazy Horse como «Sidelong» y la alucinante instrumental «JCBC» -menudo puñetazo sónico-, esa banda puede con todo.

Y es que para la presenta gira, la de North Carolina se ha cubierto las espaldas con unos tipos muy solventes -nada que ver con los que aparecen en sus clips- que le dan un puntazo extra rockero a unas canciones que en versión enlatada ya suenan cojonudas.

Buena forma de iniciar una temporada de conciertos que promete, además de emociones fuertes, un implacable vaciado de bolsillos.

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