No suelo comprar novedades en vinilo. Por una sencilla razón: por el precio de un vinilo nuevo, compro dos (o tres) CDs. Por otra parte, a estas alturas de la vida escucho principalmente música cuando trabajo. Y cuando trabajo, o no tengo un todadiscos con plato precisamente a mano (oficina) o me da palo levantarme cada pocos minutos para darle la vuelta al plástico (casa).
Hace años tuve una cadena con cargador triple de CD. Eso sí que era un gran invento. Ponías «Slave to the Grind» de Skid Row, «Permanent Vacation» de Aerosmith y «The Southern Harmony…» de The Black Crowes y tenías media tarde solucionada.
Las raras veces que me dejo la pasta por un vinilo nuevo, lo hago por la portada. Como el que compra un cuadro. Tengo vinilos enmarcados a los que no he quitado el celofán, en serio. Absurdo, pero real.
El nuevo disco de Scorpions también terminará en mis paredes. «Rock Believer» cuenta con la mejor portada que he visto en mucho tiempo. Me flipa. Esa estampa que es 100% sexo y sumisión la quiero cuanto más grande, mejor.
La portada de «Rock Believer«, deliveradamente, se da la mano con otras tan cerdas como las de «Lovedrive» o «Animal Magnetism«. Con ese guiño, ¿los Scorps nos están mandando un mensaje? ¿Nos están diciendo que en los surcos del redondo encontraremos música equiparable a la de su era dorada?
A ver cómo te lo explico. O han hecho como Van Halen en «A Different Kind Of Truth» y han recuperado canciones que tenían en el baúl desde 1980, o han contratado a un puñado de científicos que ha analizado toda su discografía hasta «Savage Amusement» y a base de algoritmos ha generado nuevas canciones o han recuperado milagrosamente la inspiración.
O bien pensado, seguramente es que se han dejado de gilipolleces y se han centrado en lo que mejor saben hacer.
Cómo lo lees. «Rock Believer» está a la altura de tus discos favoritos de Scorpions. No sólo es que Klaus Meine cante mejor que nunca y que las guitarras de Schenker y Jabs suenen alucinantes en todo el LP. Las canciones, tíos, las canciones.
Si te gusta el hard & heavy 80’s, «Rock Believer» es gasolina para tu estéreo. «Roots in My Boots«, «Knock’ Em Dead«, «Shining Of Your Soul«, «When I Lay My Bones To Rest«, «Peacemaker» … en fin, todas piden a gritos sonar a volumen 11. Hasta las habitualmente mediocres bonus tracks en este caso son canela fina. Por ejemplo, esa «Crossing Borders» ¿Qué pasa ahí? ¿Scorpions meets Georgia Satellites? ¡Retén los aullidos si eres capaz!
KKKKK, «Cojonudísimo», HHHHH … escoge la puntuación máxima de tu revista jebi favorita. Es la que se merece «Rock Believer«.